Mikel INSAUSTI
CASANOVA, SU ÚLTIMO AMOR

El mito perecedero del gran amante

Pese a la amplia filmografía que posee el veterano cineasta Benoît Jacquot, su fama dentro del cine histórico se la debe a “Adiós a la reina” (2012), gracias al interés que genera entre las nuevas generaciones la figura de Maria Antonieta. Con “Dernier amour” (2019) sigue con la ambientación dieciochesca, pero cambiando de género a su protagonista con todas las consecuencias, porque se trata nada menos que del mítico amante veneciano Casanova. Su decadencia ya fue tratada en “Il Casanova di Federico Fellini” (1976), a través de la caricatura de Donald Sutherland, reciente premio Donostia. Y para ser más fiel si cabe al asunto, Jacquot ha preferido ir directamente a las fuentes para adaptar libremente un libro autobiográfico del propio Giacomo Casanova, en el que el autor responde a la pregunta de si alguna vez llegó a enamorarse, y desde la vejez se remonta a la crónica de su fallida relación con la única mujer que se le resistió como conquista romántica.

Jacquot es de esos directores que necesitan a un actor de su exclusiva confianza para atreverse con figuras relevantes, y por eso se ha decidido por Vincent Lindon, aun no siendo italiano. Fellini ya sentó el precedente, así que por ese lado no caben excesivas pegas, salvo porque el actor de sesenta años está mejor sin peluca que con ella. Su pareja de reparto Stacy Martin, treinta años más joven, borda el personaje de la mujer esquiva y juguetona que no cae en sus redes, por conocer a fondo el arte de la seducción y el engaño.

Este Casanova, que conoce por primera y única vez el dolor del rechazo romántico, se siente como un cazador cazado. En el Londres del siglo XVIII no deja de ser un extranjero que no conoce el idioma inglés, ni sabe moverse en la corte, por lo que su necesidad de viajar empieza a verse traicionada. A partir de ese momento se convertirá en la sombra del falso mito.