Ramón SOLA
ZALDIBAR
DERRUMBE EN ZALDIBAR

Los elementos más oscuros de la catástrofe de Zaldibar, en trece preguntas

Los trabajadores eran trágicamente conscientes del riesgo de derrumbe, ¿y no la Administración? Si la inspección funcionó, ¿por qué no se actuó? Había residuos peligrosos pero, ¿cuáles exactamente? Ocho días desde la catástrofe de Zaldibar aportan información y perspectiva suficientes para condensar el caso en trece preguntas.

1. ¿Hasta qué punto no sabía la Administración que había riesgo de derrumbe?

La clave auténtica del desastre es geológica y humana, está en el suelo y el vertedero. El Gobierno de Lakua sostiene que no había sospechas de inestabilidad y añade que realmente así se desprende de sus informes de inspección. Pero esto es matizable...

Ya en la Declaración de Impacto Ambiental de 2007 consta que la zona es muy compleja; detalla que el vertedero tiene 205 metros de desnivel (de la cota 230 a la 435), refiere «fuertes pendientes, superiores al 20%» y ordena construir un dique de más de 230 metros de longitud y 100 metros de altura para contener la masa de residuos.

En la última autorización ambiental (2016), se vuelve sobre la cuestión, aunque en términos tranquilizadores: «Al situarse la actividad en una zona que ya se encuentra artificializada, el impacto sobre el suelo se considera no significativo». Y en la última inspección (2019), Medio Ambiente baja drásticamente la nota al vertedero y abre la puerta a cambiar las condiciones de la autorización ambiental; no se detalla si entre las irregularidades se detectó algún problema de estabilidad, aunque sí se alude a «un relleno que no estaba autorizado».

2. ¿El temor era solo de los trabajadores y la empresa?

Hay un detalle especialmente terrible en la historia. “El Correo” ha revelado en diversas informaciones que uno de los trabajadores desaparecidos, Joakin Beltrán, llevaba días barruntando la tragedia y que de hecho avisó telefónicamente a otro empleado para que se alejara cuando empezó a notar moverse la tierra. Él no tuvo tiempo de ponerse a salvo.

También la empresa era consciente de ello, porque el rotativo vizcaino ha desvelado que contrató dos topógrafos unos días antes al apreciar grietas que iban en aumento. No hay duda de esta acción, porque hasta se detalla la empresa contratada: Infotop.

3. ¿Por qué no hubo expediente a Verter Recycling tras caer su nota a baja?

No cabe decir que el sistema de inspección de Medio Ambiente no funcionara, porque la nota del vertedero cayó desde media-alta a baja en el último informe, del pasado noviembre. Pero no se ha explicado por qué no se abrió expediente. La viceconsejera, Elena Moreno, ha dado a entender que estaban en ello y que era cuestión de tiempo.

Sin embargo, lo que sí había sucedido es que ya había caducado en plazo, porque el informe del 4 de noviembre concedía 30 días a Verter Recycling para «presentar documentación acreditativa de que se han corregido las desviaciones señaladas o, en su defecto, se han implantado acciones para su pronta corrección».

La falta de expediente sancionador entre noviembre y enero se delata a sí misma con la celeridad en abrirlo ahora, tras el siniestro. Al parecer, su apertura se le comunicó de viva voz a la empresa el miércoles.

4. ¿Por qué no se frenó el imparable incremento de residuos en Zaldibar?

La Administración no abrió expediente, pero es que tampoco hizo algo menor: controlar el incremento imparable del flujo de residuos que acogía un vertedero cuya degradación se conocía por las inspecciones. Los datos oficiales indican que en 2017 acogió 379.689 toneladas pero en 2019 habían saltado hasta 510.994. Supone un 40% más en dos años, justo los dos años en que la calificación se desplomó de media-alta a baja.

Porcentualmente, el incrementó del amianto que llegaba a Zaldibar en ese periodo ha sido aún mayor: de 2.954 toneladas se pasó a 4.235, casi un 50% de aumento.

5. ¿Cuáles eran los «residuos peligrosos» que almacenaba el vertedero?

Uno de los aspectos aún no explicados mínimamente por Medio Ambiente es cuántos y qué residuos catalogados como «peligrosos» acogió Zaldibar, de modo ilegal dado que se trata un vertedero para residuos «no peligrosos». Según explicó el sábado la viceconsejera, Elena Moreno, esta era precisamente una de las irregularidades recogidas por la inspección de 2019.

Hay que matizar, antes que nada, que el amianto –aunque sorprenda– está catalogado como «no peligroso» si sus condiciones de depósito son correctas (es decir, fue el derrumbe lo que le dio otra categoría, pero inicialmente estaba en Zaldibar de modo legal).

Tras sospechas de colectivos ecologistas, Medio Ambiente ha negado que en Zaldibar se haya detectado lindane. Pero el desmentido hace menos comprensible que no se detalle cuáles son los residuos tóxicos sí apreciados ya el año pasado. No cabe pasar por alto aquí que el Ayuntamiento de Gasteiz (del mismo signo político que Lakua) se ha ofrecido a acoger los residuos de Zaldibar en el vertedero de Gardelegi, pero luego ha retirado la invitación el jueves tarde. El mismo día, por la mañana, Elena Moreno había dicho que «en Euskadi no hay vertederos aptos para estos residuos». ¿Cuáles son «estos» residuos?

6. ¿Por qué siguen los incendios y qué se quema realmente?

Aunque a pie de la AP-8 más perceptible que el derrumbe sea el humo que sale del vertedero, los incendios que se suceden son otro de los elementos desaparecidos del relato oficial. Según se indica, es una circunstancia habitual en estos casos por la presencia de elementos como metano. Pero la cuestión tiene que ligarse con la anterior: ¿se están quemando residuos peligrosos? El Ejecutivo se limita a indicar que las mediciones de aire son correctas: «Muy bien» fue el calificativo usado ayer antes de la comparecencia de urgencia en la que se soltó la bomba. [página 5]

7. ¿No había en la CAV equipos de protección contra el amianto?

60 personas trabajaron en la zona en el primer momento sin protección contra el amianto (ni siquiera mascarillas), hasta que a la 1.00 de la madrugada del viernes la técnico de Osalan les obligó a evacuar el lugar. No hay duda de que se produjo una descoordinación (dado que la Administración sabía que allí había toneladas de ese material) o bien que la propia emergencia hizo saltarse las cautelas (lo que tiene su lógica y quizás, su disculpa).

Más extraño resulta que las labores de búsqueda de Joakin Beltrán y Alberto Sololuze no se reactivaran en catorce horas, hasta las 15.00 del viernes. Dada la centralidad geográfica del lugar, accesible en no más de una hora desde Donostia, Bilbo o Gasteiz, ¿no había en toda la CAV equipos de protección para trabajar entre amianto y acaso aquí también se produjo alguna descoordinación? Lakua ha optado posteriormente por contratar una empresa externa especializada para estas tareas.

8. ¿El post de la tragedia corresponde a la empresa o a la Administración?

El jueves el Departamento de Medio Ambiente se reunió con la empresa y tras ello anunció un gran plan de rescate. Pero sorprendió que ello se vinculara a que Verter Recycling había empezado a «colaborar» tras haber salido de lo que la Administración tilda de «estado de shock».

La pregunta procedente es: ¿a quién corresponde la responsabilidad de la búsqueda, por competencia y por eficacia; a la Administración o a la empresa? El Gobierno está desviando todas las pelotas hacia el tejado de la VR, pero la empresa ha dicho este viernes, en su primera nota de prensa, que «como marcan los protocolos, los primeros trabajos fueron emprendidos por la Administración bajo la coordinación de la Dirección de Emergencias del Departamento de Seguridad» y «en las primeras horas la empresa no fue llamada para realizar ninguna actuación».

9. ¿Está verdaderamente asegurada la calidad del agua?

A primera hora del martes, desde el Gobierno de Gasteiz se lanzó un mensaje de calma sobre la calidad del aire y el agua en la zona, y se comenzaron a facilitar datos de mediciones sobre la misma. Sin embargo, pocas horas después el Ayuntamiento de Zaldibar recomendó no beber agua del grifo en el anexo barrio de Eitzaga, tras haber recibido recomendaciones de técnicos en este sentido.

El Ayuntamiento de Zaldibar, dirigido por el PNV desde las pasadas elecciones, ha optado por colocar un panel informativo en la plaza del pueblo, en el que informa diariamente de las mediciones. Lo ha hecho tras haber clamado así por boca de su alcalde, el martes: «Estamos en situación de emergencia, necesitamos ayuda».

10. ¿Con qué criterios se tomó la decisión de reabrir la carretera?

La reapertura de la AP-8 fue una prioridad para las instituciones desde el primer momento. Se instaló un «by-pass» ya a primera hora del viernes para esta vía principal del país. Y sin embargo, a lo largo de esta semana la búsqueda ha permanecido parada la mayor parte del tiempo, debido sobre todo a la posibilidad de nuevos desprendimientos.

La existencia de un grado de riesgo no precisado, de hecho, queda de manifiesto en otra decisión institucional: la construcción de un muro en la zona, en el plazo de diez días, a cargo de la Diputación de Bizkaia para «aumentar la seguridad».

11. ¿La búsqueda ha sido realmente el objetivo prioritario?

El dilema al que se enfrenta el plan de rescate no era ni es nada sencillo (¿búsqueda de los cuerpos o seguridad de los equipos de rescate?), pero la coherencia en las explicaciones oficiales ha brillado por su ausencia. De hecho, este viernes se sigue sosteniendo como discurso público que la prioridad es la búsqueda, pero no hay un operativo en marcha por el riesgo de deslizamientos y los elementos tóxicos no concretados. Ayer se apuntó que puede activarse este fin de semana llegando a la zona en que se cree que están sepultados Sololuze y Beltrán.

Esa incoherencia ha provocado que el operativo se reactive e interrumpa en tres ocasiones. O que en momentos en que oficialmente la búsqueda estaba detenida se haya visto personas en la ladera sobre la AP-8.

12. ¿Cuál ha sido realmente el contacto y la información a las familias?

En el estricto plano del trato humano de la tragedia, el portavoz de Lakua, Josu Erkoreka, ha aseverado que el Gobierno ha estado en contacto con las familias «prácticamente desde el primer día». Pero no es eso lo que ellas han afirmado en distintas entrevistas, como la que NAIZ hizo el domingo a Helene y Paulo Alberdi, sobrinos de Alberto Sololuze.

La acción oficial vuelve a ser la que más claro delata el error. Tras declarar el lunes que no iría a Zaldibar empujado por «campañas de Twitter», Iñigo Urkullu acudió el miércoles y se reunió brevemente con las familias. No hay fotos ni consta lo que les dijo, pero algunos de los familiares indicaron a “Berria” que se sintieron aún peor tras el contacto con el lehendakari. También se sabe que el domingo familiares se encararon en el lugar con representantes institucionales para reclamarles insistir en la búsqueda y hacerlo con más medios.

13. ¿Cómo no percibieron los mandatarios la magnitud del desastre?

En lo político, una de las dudas más inquietantes es si realmente los mandatarios no entendieron la gravedad del colapso o bien decidieron intentar darle perfil bajo (reduciéndolo al «desastre natural» del que habló Urkullu en su primera respuesta). Lo primero se cae por su propio peso si se tiene en cuenta que el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga, indicó que al principio temieron que hubiera hasta siete personas desaparecidas.

Lo cierto es que el lehendakari no aludió al tema más que el lunes en otra rueda de prensa –a preguntas y notoriamente molesto–, que Erkoreka borró el domingo un tuit sobre una salida montañera o que Mediavilla (PNV) cargó contra el uso «vil y torticero» del drama tras no haberlo citado en un post sobre sus vivencias del día de autos, jueves tarde. Sí acudieron al lugar en las horas posteriores al derrumbe la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, y el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria. La Mesa de Coordinación se inauguró el lunes (cuatro días después). Fue en el mismo lugar y acto seguido a que Urkullu convocara elecciones.

Los consejeros también declararán el martes

Los consejeros de Medio Ambiente, Iñaki Arriola; de Trabajo, María Jesús San José; y de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, comparecerán el próximo martes en el Parlamento de Gasteiz junto con el lehendakari, Iñigo Urkullu, para explicar sus gestiones en relación al derrumbe del vertedero de Zaldibar. La Mesa de la Diputación Permanente decidió este jueves a petición de EH Bildu, Elkarrekin Podemos y el PP que el lehendakari aclare cómo ha actuado su Gobierno tras el colapso de la escombrera. La Diputación Permanente es el órgano que sustituye al Parlamento en periodos inhábiles y cuando la Cámara está disuelta, como ocurre en la actualidad debido a la convocatoria de las elecciones para el 5 de abril.