Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «El amor está en el agua»

Recuperarse del golpe para coger la ola buena

Si se me permite voy a hacer un breve preámbulo para aclarar que algo falla cuando si se leen comentarios en páginas especializadas en anime una determinada película parece perfecta, mientras que si la crítica pertenece a un medio más generalista los juicios empiezan a ser ya más negativos. Se nos olvida que una obra de calidad ha de trascender los géneros, y que si realmente es buena deberá convencer en todos los foros. Dicho esto, no puedo dejar de apreciar en “El amor está en el agua” (2019) aspectos muy elogiosos junto a otros que no lo son tanto. Por la parte del diseño visual el trabajo del animador Masaaki Yuasa es sin duda portentoso, pero en lo que se refiere al desarrollo argumental, y en lo relativo al guion de Reiko Yoshida, abunda el lugar común con un tratamiento que se pretende original, pero que no lo puede ser por culpa de un romanticismo machacón y no apto para todas las sensibilidades.

Aunque me considero un espectador muy tolerante a todo tipo de usos y abusos, la reiterativa utilización del tema central de la banda sonora me resultó de todo punto excesiva, a la vez que tramposa, porque “Brand New Story” de Generations From Exile Tribe, que es la única canción que suena, vale para todo, para los momentos alegres y para los tristes. Hay quien opina que es pegadiza, aunque después de escucharla tantas veces te la aprendes a la fuerza o la odias para siempre.

El nuevo largometraje de Yuasa trata el tema de la muerte y la superación de la perdida sin el trascendentalismo de Truffaut en “La chambre verte” (1978), decantándose más por la resolución fantástica del clásico de Hollywood “Ghost” (1990). La joven protagonista es la única que puede ver a su amado una vez fallecido, y como la chica es surfista descubre su imagen reflejada en el agua. El simbolismo se extiende a su propia filosofía vital, en cuanto que su futuro depende de saber recuperarse del golpe y coger la ola buena.