Natxo MATXIN

Entonando el «Ya falta menos»

Como la canción sanferminera, el triunfo logrado por Osasuna en San Mamés supone un «Ya falta menos» en el camino rojillo hacia la salvación. Después de una primera vuelta de notable alto, a la escuadra navarra no le había sentado nada bien la llegada de 2020 y la lesión de Chimy Ávila, con la única excepción del partido ante el Levante.

Una única victoria en las últimas ocho jornadas dejaba patente que el equipo estaba pasando por un bache que debía superar cuanto antes, con la salvedad de que las últimas derrotas se habían producido ante rivales de mucha entidad ofensiva. El desgaste competitivo a estas alturas de temporada comenzaba a hacerse patente y los dirigidos por Jaboga Arrasate estaban obligados a recuperar su condición de bloque complicado de superar por sus adversarios.

No parecía que San Mamés fuese una plaza propicia, pese a la reciente dinámica irregular de los anfitriones, pero el cuadro rojillo, no sin su correspondiente dosis de fortuna, volvió a sacar a relucir ese gen competitivo que le puede hacer perdurar su estancia en la máxima categoría. Y en esta ocasión llegó con cambio táctico incluido, un dibujo que enriquece las variantes de las que puede echar mano el míster de Berriatua.

La victoria en el feudo vizcaino refuerza, además, la idea de que existe fondo de armario del que echar mano ahora que el volumen de oxígeno comienza a descender, teniendo en cuenta que el equipo no pudo contar con piezas muy importantes, como Rubén García, o reservando a otras, caso de Roberto Torres y David García. Ya solo faltan tres triunfos.