Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «El huevo del dinosaurio»

La mujer esteparia

El cineasta chino de origen mongol Wang Quan’an, del que no habíamos tenido noticias hace casi diez años, regresa al gran tema de la mujer esteparia que con su ópera prima “La boda de Tuya” (2006) le valió el Oso de Oro en la Berlinale. Su nueva heroína rural es una pastora a la que apodan “dinosaurio”, en alusión a los huevos fósiles de animales prehistóricos encontrados en Mongolia y al ciclo de la vida que representa una superviviente como ella de la adaptación al medio salvaje. Podría ser perfectamente la protagonista de un western, montando a caballo con su cigarrillo en la boca y el rifle en la mano, pero le toca intervenir en un absurdo thriller policiaco que se desarrolla en medio de la nada, cuando es llamada para proteger la escena de un crimen durante una noche en la que ha de defender a un joven e inexperto agente del ataque de los lobos.

Tanto el cadáver desnudo de la mujer asesinada, como los personajes humanos que lo custodian, como los animales del lugar (ovejas, caballos y un gran camello) o algún vehículo ocasional que recorre el cuadro, no son más que manchas, puntos negros en la infinidad del paisaje. El espectador incluso ha de forzar la vista para distinguirlos al moverse con la más absoluta quietud como fondo. El director de fotografía Aymerick Pilarski emplea grandes planos panorámicos abiertos, con la distancia actuando de enfoque estético. De tal modo que la película de Wang Quan’an adquiere un estilo contemplativo en su primera parte, para irse después acercando al drama personal de la mujer que prefiere vivir sola en su aislada yurta.

La pertenencia a un lugar tan inabarcable queda cuestionada en todo momento, sobre todo con la llegada de elementos ajenos como los policiales. No hacen otra cosa que romper el silencio, con las voces microfónicas que salen de los móviles, además de la música marciana del “Love Me Tender” de Elvis.