Arnaitz GORRITI
BALONCESTO - COPA MÁLAGA 2020

Título merengue casi sin sudar

El Real Madrid destrozó a un Unicaja lastrado enexceso por las lesiones y que solo vivió de loschispazos de Brizuela. De la mano de Campazzo, losde Pablo Laso lograron su triunfo más abultado.

UNICAJA 68

REAL MADRID 95


Nada se puede objetar sobre el triunfo del Real Madrid en la finalísima de la Copa. Asombra que hubiera sido el propio RETAbet Bilbao Basket el rival que más aprietos le puso a la escuadra merengue, que tras batir a los hombres de negro vapuleó a Valencia Basket en semifinales, mientras que en la finalísima de ayer, casi sin sudar, apabulló a Unicaja. Los merengues, que tenían el dudoso récord de encajar la mayor paliza en la «era moderna» de la Copa –80-61 en Barakaldo 2010–, pulverizaron esa plusmarca, borrando al cuadro malagueño de la pista. De paso estableció un nuevo récord triplista en la Copa, con 17 aciertos –de 30 intentos–.

Unicaja, por su parte, duró hasta que el tendón de Aquiles de Jaime Fernández dijo basta, porque por lo demás, solo Darío Brizuela dio la cara.

Fue el Real Madrid el primero en golpear, como estaba previsto, al escaparse 10-19. Facundo Campazzo –elegido MVP de la finalísima– dominaba sobre todos y aunque Jaime Fernández entró con buen pie, su tendón de Aquiles le volvió a fallar, mientras que sus compañeros aportaban poco y con flagrantes errores como un mate a la contra fallado por Adams, por no hablar de su nulo acierto triplista. El bando madridista, en cambio, encontraba a Jaycee Carroll, autor de 10 puntos en esos primeros compases, para cerrar el cuarto con 13-26.

Por si faltaba algo, Rudy Fernández arrancó en el segundo cuarto a golpe de triple, estirando la paliza madridista hasta un 13-32. Unicaja dudaba más de la cuenta, renunciando a triples claros. Todo el mundo dudaba, excepto Darío Brizuela. Después de que Thompkins anotara el 14-35, el donostiarra lideró el único «avistamiento» malagueño, liderando un parcial de 9-0, obligando a parar el partido a Pablo Laso.

La racha de la «mamba» duró hasta el 26-35, pero después, el Real Madrid volvió a meter a Campazzo y puso las cosas en su sitio: parcial de 2-8 para llegar con 28-43 al descanso y la final, virtualmente decidida.

Alfombra roja

Por si aún hubiera dudas, el Real Madrid se procuró recordarle a Unicaja que no iba a darle opciones, de modo que le endosó un parcial de 2-8 para recuperar la veintena de renta: 30-51. Para postre, a la lista de heridos malagueños se sumaba Axel Toupane, cuyo tobillo dijo basta. «No miréis el marcador», arengaba Luis Casimiro, pero el técnico manchego sabía que predicaba en el desierto.

Casi toda la segunda mitad fue un ejercicio de impotencia para Unicaja. Hasta las canastas –los dos triples de Suárez, o las «bombitas» de Brizuela– se celebraban con gestos de desesperación, mientras que el Real Madrid se ponía una alfombra roja hasta la victoria.

Pablo Laso sumó ayer su sexto título de copa, siendo el técnico más laureado del torneo.

Alegría desbordante madridista; desesperación total para el Unicaja

Después de ganar su decimonoveno título, la alegría de Pablo Laso desbordaba al gasteiztarra por todos sus poros.

«Desde el primer momento hemos tenido trabajo, concentración, esfuerzo, energía y confianza. Hemos sido dominantes y el marcador así lo ha demostrado, y eso a veces no sucede», reflexionó Laso.

«Siempre hay que trabajar, ser positivo... Ganar este título hace que esos malos momentos se olviden porque disfrutas de lo mucho que has trabajado para lograrlo», agregó el gasteiztarra.

Por contra, un inconsolable Luis Casimiro no podía ver el lado bueno de su condición de meritorio finalista. «Podría tenerlo bien fácil para buscar excusas. Podría decir que ‘un superequipo como el Real Madrid, con un plantillón como tiene, diseñado para ganar finales, nos ha pasado pro encima’; podría escudarme en el parte de guerra de mis jugadores lesionados, como Toupane, Jaime Fernández, Carlos Suárez, que ha jugado con un dedo roto, o los dolores de Alberto Díaz», se lamentó.

«Pero a mí me gusta ganar y quisiera haber competido más ante nuestra afición. Quizá cuando digiera esta derrota vea las buenas cosas, pero ahora no puedo», confesaba el técnico ciudadrealeño.A.G.