El Parlamento navarro aprobó ayer los primeros presupuestos del Gobierno de María Chivite. Para ello, resultó determinante el acuerdo firmado con EH Bildu, que optó por la abstención. También Izquierda-Ezkerra se decantó por la abstención. Así, los 21 votos que suman las fuerzas que forman el Gobierno de Chivite (PSN, Geroa Bai y Podemos-Ahal Dugu) se impusieron a los 20 de Navarra Suma.

Realmente, ayer hubo pocas sorpresas en el guión del Pleno. Navarra Suma, en esta ocasión mediante María Jesús Valdemoros, la experta en números del grupo parlamentario, recurrió al victimismo, señalando que no se había aceptado ninguna de sus enmiendas en el trámite parlamentario. A juicio de esta formación, los presupuestos aprobados ayer son «continuistas» porque siguen la línea marcada en los cuatro años del Gobierno de Uxue Barkos. Es más, según Valdemoros, «son los presupuestos de EH Bildu» y llegó a señalar que le sorprendía que Adolfo Araiz no tuviera bajo el escaño «globos y serpentinas» para celebrar la victoria. «Se aplicarán las políticas de EH Bildu sin el desgaste que supone estar en el Gobierno», proclamó.

Siguiendo por esa línea, acusó al PSN de haber cedido ante sus socios, y también ante EH Bildu, y de aprobar unos presupuestos con unos planteamientos similares a los que criticaba cuando estaba en la oposición.

Adolfo Araiz, portavoz de EH Bildu, reconoció que estos presupuestos tienen carencias y que no solucionan todos los problemas de la sociedad navarra, pero valoró el «importante valor político» que tiene que hayan sido acordados mediante el diálogo. Dio la razón a Valdemoros en que el Gobierno ha excluido en la negociación a Navarra Suma porque ha pactado con EH Bildu. «Pero es que el Gobierno solo tenía dos opciones. O acordaba las cuentas con Navarra Suma o lo hacía con EH Bildu. O iba a la derecha o iba a la izquierda. Finalmente, han optado por la izquierda. Y, evidentemente, los presupuestos no son los mismos habiendo acordado con la izquierda que si lo hubieran hecho con la derecha», explicó.

Araiz comparó la abstención de ayer con la que permitió a Chivite ser presidenta en el Pleno de investidura, destacando que supone dar una oportunidad al Ejecutivo para conformar «una alternativa a la derecha».

Araiz: «Sin cheques en blanco»

«Pero el Gobierno no tiene un cheque en blanco, más allá de aprobar los presupuestos, que ya es importante de por sí», añadió Araiz, que destacó el carácter social de los presupuestos. Advirtió de que el Gobierno no puede pensar que tendrá el apoyo de EH Bildu en cualquier cuestión, sino que deberá negociar y pactar con esta fuerza para sacarla adelante.

I-E también optó ayer por la abstención. Marisa de Simón destacó que esta coalición mantiene el compromiso con el cambio político y social, pero subrayó que tienen la responsabilidad política de criticar unos presupuestos que mantienen los avances de la pasada legislatura para revertir los recortes antisociales aplicados por UPN pero que no apuestan por seguir avanzando en esta línea.

Ramón Alzórriz fue el encargado de defender la posición del PSN, subrayando que los presupuestos se han aprobado gracias al diálogo, «lo que no ha sido fácil». Subrayó que el mandato popular en las elecciones fue «priorizar lo que nos une frente a lo que nos separa», pero lamentó que «Navarra Suma no lo haya entendido, sino que se haya enrocado». «Este presupuesto es un primer paso», añadió Alzórriz, destacando su carácter social y subrayando que «Navarra Suma es incapaz de dialogar. Es una fuerza irrelevante, tanto en el Parlamento de Navarra como en los ayuntamientos que gobierna en minoría, donde no ha sido capaz de sacar adelante las cuentas».

Mikel Asiain (Geroa Bai) defendió el autogobierno navarro para impulsar el desarrollo económico y la cohesión social, mientras en Madrid, donde gobiernan los socios de Navarra Suma, expertos de la ONU alertan del incremento de las tasas de pobreza.

Mikel Buil (Podemos-Ahal Dugu) valoró positivamente la aprobación de los presupuestos, pero lamentó que estén condicionados por el pago de 450 millones de euros por la deuda creada por UPN, «que van de los bolsillos de la clase trabajadora a los bancos».

 

Unos presupuestos «antisociales y escasos», según la Carta de Derechos Sociales

La Carta de Derechos Sociales llevó a cabo ayer una concentración ante el Parlamento navarro mientras se votaban los presupuestos, que, a su juicio «no garantizan lo que reclama la sociedad: trabajo, pensiones y una vida digna». Denunciaron que no se tienen en cuenta reivindicaciones como la pensión mínima de 1.080 euros, el empleo de calidad, la renta garantizada o el derecho a la vivienda.

Imanol Karrera, el portavoz de LAB en Nafarroa, destacó que los presupuestos están basados en «una fiscalidad a la medida de los empresarios» y destacó que «no tienen en cuenta nuestras reivindicaciones y acepta las pautas que marca el austericidio».

Frente a ello, Karrera consideró que hay alternativa: «Es posible desarrollar una fiscalidad diferente, basada en la justicia social y que también defienda la soberanía navarra para defender que podamos decidir nuestras condiciones de vida y de trabajo».

En la misma línea, Imanol Pascual, portavoz de ELA en Nafarroa, destacó que los presupuestos aprobados ayer son «antisociales», porque asumen la norma de gasto y el déficit público, por lo que la fiscalidad navarra está completamente condicionada.

«Si nos comparamos con la Unión Europea, en Nafarroa se recauda más por las rentas del trabajo, lo que es injusto para los trabajadores», destacó Pascual, que también denunció que no se ataca el fraude fiscal. En este sentido, recordó que Geroa Bai, PSN y Navarra Suma eliminaron el impuesto de Patrimonio.Ibai AZPARREN