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Grecia y Bulgaria blindan sus fronteras para evitar refugiados desde Turquía

En plena escalada bélica en Siria, el portavoz del gubernamental Partido Justicia y Desarrollo (AKP), Omer Celik, afirmó que Turquía no estaba en disposición de frenar las rutas migratorias. Grecia y Bulgaria respondieron con un refuerzo de la seguridad de sus fronteras.

En Twitter circulaban ayer imágenes de refugiados subiéndose a autobuses en Estambul con destino a la frontera con Grecia. El portavoz del gubernamental AKP, Omer Celik, afirmó que en plena escalada bélica en Idleb (Siria) Turquía no está en capacidad de frenar las rutas migratorias. El primer ministro griego, Kyiriakos Mitsotakis, advirtió de que «no se tolerará ninguna entrada ilegal» de migrantes.

«Grecia no tiene ninguna responsabilidad de los trágicos acontecimientos en Siria y no sufrirá las consecuencias de las decisiones que tomen otros», afirmó ayer Mitsotakis. Atenas ya ha notificado a la Comisión Europea el endurecimiento de la vigilancia amparándose en razones de salud pública, no de seguridad. El Ejecutivo alega que entre los potenciales migrantes hay personas de Irán y Afganistán, países donde se han confirmado casos del nuevo coronavirus. Debe verse «como una medida de protección sanitaria para toda Europa», dijo Mitsotakis. El jefe de las Fuerzas Armadas de Grecia, Konstantinos Floros, se desplazó hasta la región de Evros, fronteriza con Turquía, para coordinar las nuevas medidas, entre las que también figura un refuerzo de las patrullas marítimas.

El primer ministro de Bulgaria, Boiko Borisov, también confirmó una mayor vigilancia, tanto terrestre como marítima, por la «amenaza real» de que se produzca «un repunte en el flujo migratorio».