Beñat ZALDUA
DONOSTIA
CRISIS DEL CORONAVIRUS

Los test realizados han caído a la mitad en solo dos días

Las cifras de mortalidad de finales de marzo confirman el importante impacto de la crisis del coronavirus, más allá de los datos ofrecidos por cada administración, que siempre conviene tomar con cautela. El número de casos confirmados apuntala la tendencia positiva, pero la realización generalizada de test sigue como asignatura pendiente.

La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno de Lakua, Arantxa Tapia, preguntó el domingo qué había ocurrido en las horas posteriores al miércoles pasado (25 de marzo) para que Pedro Sánchez, que había defendido no parar las actividades no esenciales, cambiase de opinión y el sábado decretase el confinamiento casi total. Una respuesta posible es que, solo en la CAV, la mortalidad creció entre el 25 y 26 de marzo un 56,6% sobre la cifra habitual.

Son datos, fríos e implacables, ofrecidos por el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo), operado por el Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad español. En él se recogen todos los fallecidos registrados cada día en el Estado, y se compara la cifra con una «estimación de la mortalidad esperada» que se realiza con modelos basados en la mortalidad registrada entre 2008 y 2019.

Esa estimación decía que en el Estado español «debían» morir entre el 20 y el 27 de marzo 9.046 personas. Sin embargo, se han registrado 11.416 fallecidos, un 26,2% más. En Nafarroa se esperaban entre el 22 y el 26 de este mes 79 decesos, pero se han informado 155, casi el doble. En la CAV, se estimaban entre el 25 y el 26 de marzo 118 muertes, pero fueron 184. El sistema registra las defunciones «por todas las causas», sin distinción. Es decir, no sirve para decir que ese exceso de defunciones se debe solo al Covid-19, pero ayuda a ilustrar el impacto real que la crisis está teniendo sobre el orden habitual de las cosas.

El informe del MoMo fue publicitado ayer en las redes por Carlos Fernández Escobar, médico resiente de Medicina Preventiva y Salud Pública, en un hilo en el que recordaba que en epidemiología apenas se puede realizar una afirmación sin introducir un «quizá», un «parece» o un «tal vez».

Cifras y test

Esta incógnita es aplicable a los datos que ofrecen las diversas administraciones de todo el planeta sobre el coronavirus. China puede haber mentido sobre el número de fallecidos en Wuhan, y no parece tampoco que París esté siendo del todo transparente con su recuento. Apenas son dos ejemplos que recuerdan que esto también va de geopolítica.

En el Estado español, el propio Instituto de Salud Carlos III elaboró un informe que reconocía que los muertos en Madrid por Covid-19 podrían ser más que los que dicen las estadísticas. Y en casa también hay motivos para dudar. Páginas más adelante encontrarán el íntimo testimonio de Joseba Vivanco, cuya madre falleció con el Covid-19, pero sin pasar por el hospital. No sabemos si su caso entra en el recuento de fallecidos de Lakua; desde luego, no estaba entre los casos confirmados.

De ahí que sea importante tomar con cautela los indicios positivos sobre casos positivos y hospitalizaciones. Se confirmaron 422 nuevos casos –el 25 de marzo sigue como pico– y 125 nuevos hospitalizados, de los que siete fueron a la UCI, la cifra más baja en dos semanas. Con todo, hay 303 personas en cuidados intensivos. Es previsible, por tanto, que la cifra de fallecidos, que ayer subió a 440 –con 40 nuevas muertes–, siga creciendo en los próximos días.

Pese a la tendencia positiva en los casos confirmados, los boletines diarios de Lakua contienen otra tendencia que invita a la preocupación, y es que en dos días los test realizados en la CAV han descendido a la mitad, desde los 1.555 del sábado a los 795 del lunes. Aunque ayer la consejera del ramo, Nekane Murga, asegurase que el lunes fue uno «uno de los días que más pruebas» se hicieron, se trata de la cifra más baja de la última semana. En Nafarroa no ofrecen los datos, pero sí algo de mayor transparencia a la hora de explicar criterios: solo hacen pruebas a profesionales sanitarios y esenciales, y a las personas «ingresadas o que van a ingresar».

No se siguen, por tanto, las recomendaciones de la OMS, que no para de repetir que el confinamiento es vital –el Imperial College de Londres calcula que en el Estado español se han evitado 16.000 muertes–, pero que por sí solo no sirve para acabar con la epidemia.

El último en hacerlo fue el director de Emergencias de la OMS, Michael Ryan, el lunes: «Todo el mundo habla de la curva ascendente y de estabilización. La pregunta es cómo bajar la curva; para reducir los números hay que duplicar los esfuerzos de los sistemas de salud». «Si comparamos a Italia y España con lo que pasó en Wuhan, la diferencia principal es que en Wuhan no solo encerraron a la gente, sino que siguieron buscando los casos», añadió. Y la única manera de encontrarlos, ya se sabe, es afinar la trazabilidad de cada caso y extender los test a todo el que haya podido estar expuesto.