Marc FERRÀ
RABAT

Mezquitas cerradas e incerteza por la peregrinación a la Meca

Miles de musulmanes que tenían previsto peregrinar a finales del próximo julio no saben si podrán viajar por la amenaza del coronavirus. En este contexto, el Gobierno marroquí ha ordenado el cierre de todas las mezquitas y el Magreb se prepara para frenar la pandemia a la vez que el número de infectados va en aumento.

La Kaaba prácticamente vacía. Es el lugar más sagrado para el Islam, su cierre es una de las imágenes insólitas que el coronavirus ha dejado en el mundo musulmán. Está en la ciudad de la Meca, es el punto donde los creyentes dirigen sus plegarias diarias y el lugar que todo musulmán debe visitar una vez en la vida durante los días de peregrinación.

El coronavirus ha trastocado de arriba abajo todos los estratos de la sociedad y la religión no ha quedado exenta. Las autoridades saudíes decidieron suspender a principios de marzo las visitas a la Kaaba y otros puntos sagrados del país, medida que ha obligado a anular los viajes que muchos fieles tenían previsto para las próximas semanas y el Ramadán.

Durante todo el año millones de musulmanes visitan estos lugares sagrados, pero a ojos de la religión la visita a la Meca solo se considera peregrinación, y por tanto se cumple uno de los pilares del Islam si se hace durante los días del Hajj, que es el último mes del año musulmán. Este año el final del calendario musulmán coincide con la última semana de julio, una fecha aún lejana pero en la que nadie puede asegurar que el planeta haya logrado cercar la expansión de la pandemia.

Las autoridades de Arabia Saudí aún no se han pronunciado sobre si será posible celebrar la peregrinación este año. No es un viaje fácil para muchos, implica también un sacrificio económico importante y tener la fortuna de estar entre el grupo de seleccionados. Muchos países hacen un sorteo entre toda la gente que desea peregrinar, ya que las autoridades de la Meca establecen un cupo de visitantes por país.

«La gente me pregunta si habrá no o Hajj este año, no lo sabemos, depende de las autoridades de la Meca y la evolución del coronavirus», relata el marroquí Mly Ahmed Loukili, jefe de la agencia de viaje Carlson Wagonlit de Rabat.

Loukili conoce a la perfección el viaje, hace 27 años seguidos que va a la Meca para acompañar a los peregrinos: «normalmente es gente mayor la que peregrina, cuando se jubilan del trabajo deciden viajar a la Meca», relata el día antes de cerrar su céntrica agencia de viajes en Rabat debido a las restricciones impulsadas por las autoridades. Explica que el viaje más económico y ajustado son unos 5.000 euros, una suma que muchas familias necesitan años para poder ahorrar. Los más de 30.000 marroquíes que este año tienen previsto peregrinar ya han pagado sus viajes y solo les queda esperar.

La lista de preocupaciones de Loukili es larga. Además de la época sagrada del Hajj, muchos marroquíes también visitan la Meca durante todo el año, ahora mismo todos los viajes de la próximas semanas se han suspendido. Es un golpe duro para las agencias de viaje del país al que hay que añadir la incertidumbre sobre la peregrinación y la difícil situación del sector turístico en Marruecos tras el cierre de las fronteras del país y de todos los vuelos.

Mezquitas cerradas a un mes del Ramadán

El Gobierno marroquí ha prohibido los rezos colectivos y ha decidido cerrar todas las mezquitas del país, es una de las muchas medidas que las autoridades han lanzado estos últimos días hasta que hace dos semanas decretó el estado de alarma sanitaria. Una decisión esperada por las muchas precauciones que está tomando el país norteafricano para prevenir la expansión del coronavirus.

La pandemia también está amenazando otro de los pilares del Islam: el Ramadán. Al preguntar en las calles de Rabat, que el mes de ayuno coincida con restricciones no está entre sus preocupaciones, las inquietudes las marca el día a día y el estado de alarma que hay en el país. Están preocupados por las semanas que tendrán que estar en casa y por la economía: los establecimientos turísticos y los comercios que no son de alimentación están cerrados.

Pero a nadie se le escapa que si esta situación se prolonga van a vivir uno de los Ramadanes más atípicos de sus vidas. Las autoridades han decretado el estado de alerta sanitario hasta el 20 de abril, sería pocos días antes de empezar el mes de ayuno.

Aumento de infecciones y las restricciones en el Magreb

Los países del Magreb actualmente no tienen un elevado número de infectados por el Covid-19 si lo comparamos con la evolución en Europa, pero los casos están aumentando estos últimos días especialmente en países como Argelia, Marruecos y Túnez.

En Marruecos las autoridades han declarado el estado de alarma y han impulsado estrictas medidas: todos los vuelos cancelados, fronteras cerradas, restricción de movimientos entre ciudades y la necesidad de una autorización para salir de casa para hacer la compra o ir a la farmacia. También ha desplegado al ejército por las calles de las principales ciudades que, junto a la policía, piden a la población que se quede en casa.

El Gobierno tunecino también está usando el ejército para asegurar que la población respeta el confinamiento y han prohibido las reuniones de más de tres personas en espacios públicos.

El norte de África se prepara para intentar frenar la expansión de la pandemia pero también para intentar contener la predecible recesión económica. La disminución o desaparición del turismo en Marruecos o en Túnez supone un reto difícil de contrarrestar para sus gobiernos; también la caída del precio del petróleo ha obligado a las autoridades argelinas a impulsar medidas de austeridad.