Iñaki SOTO
IRUÑEA

NAIZ retoma y adapta sus conciertos para apoyar al sector de la música

A lo largo de junio –y, si el formato funciona, con vocación de seguir–, NAIZ emitirá conciertos pay per view en diferentes salas de Euskal Herria con el objetivo de ayudar a las bandas y a la industria musical vasca. Los precios oscilarán entre 3 y 6 euros y habrá bonos. Las bandas ponen la música y el talento, NAIZ la difusión masiva y una comunidad que tiene una especial conexión con la cultura.

Empezando el 5 de junio, NAIZ ha programado una serie de conciertos para apoyar a las bandas. Será, cómo no, a través de Internet, pero los eventos pretenden recrear una experiencia única, divertida y de gran calidad.

El arranque viene con Gatibu, en una cita que sin duda será especial. El coronavirus les atrapó en plena celebración del 20 aniversario y con un festival especial programado para el pasado 28 de marzo en Miribilla, que se ha retrasado al 31 de octubre.

Le seguirán conciertos de Nøgen, Zetak, ETS y Huntza. Si el formato funciona y todo el mundo se queda a gusto, vendrán nuevos conciertos.

Los locales están aún por concretar, y se avisará antes de cada concierto. La producción correrá a cargo de Foku y TAOM.

Una apuesta de calidad

El formato revive NAIZ Kontzertuak, que en su momento aunó grabaciones y presentaciones de calidad de diferentes grupos. Ahora, en vez de en estudio, los conciertos serán en diferentes salas de Euskal Herria, otras de las víctimas del parón provocado por el covid-19.

El objetivo de la iniciativa es poner en valor la aportación que la industria musical vasca hace a la cultura y apoyar al sector. También hay una voluntad de ayudar a aquellas bandas a las que esta crisis ha pillado en plena explosión y con mucho trabajo hecho. Supone, en ese sentido, una apuesta de futuro.

Nadie sabe en qué fase de la pandemia estará Euskal Herria para entonces, pero se quiere ofrecer un evento que se pueda compartir, en casa físicamente o si no en la distancia. La idea es que sea un plan especial para estos tiempos extraños.

Fechas y precios

A diferencia de otras iniciativas, esta será de pago, con precios populares pero de pago. Es la forma de que las bandas se lleven algo por su trabajo. Así también se garantiza la calidad de la emisión, que será de alta definición. Las entradas costarán entre 3 y 6 euros, y habrá un bono para estos primeros cinco conciertos al precio de 15 euros.

A Gatibu le seguirá una semana después Nøgen, el 12 de junio. Zetak sonará el 19 de junio, de nuevo en viernes. La siguiente semana, en cambio, Huntza tocará en domingo, el 28 de junio. Por ahora, en este ciclo, la última cita es el 3 de julio, con ETS.

Por supuesto, la seguridad de todo el equipo de trabajo es una prioridad, con un protocolo específico para los eventos.

Pequeña, peleona y frágil

En una escena tan pequeña como la vasca, el cierre de salas, la perdida de aforo y la suspensión de las fiestas de pueblos y barrios es un golpe que puede ser fatal para un grupo. Depende mucho del momento en el que se encuentre la banda, claro, y este es un sector acostumbrado a la incertidumbre. Pero también son grupos humanos en permanente cuestionamiento.

Junto con las bandas están las crews de profesionales que les acompañan, También están los estudios, las promotoras y los mánager, el merchandising, las salas… Es una industria pequeña, con las excepciones de las promotoras y festivales con grandes patrocinadores. Los problemas de estos son otros, a la escala de sus facturaciones.

La escena musical vasca es dinámica y peleona en todos los sentidos. Eso es lo que ha permitido que un país tan chiquito tenga una creación musical por encima de sus dimensiones. Pero eso no quita que sea frágil.

La crisis ha dinamitado las giras de presentación de los nuevos álbumes de Liher, de Belako y de El Columpio Asesino, por ejemplo. También ha abortado la gira de La Polla Records.

Un año desde la cita de Illunbe

Pronto hará un año del concierto que en Illunbe reunió a 30 bandas en favor de la libertad de prensa y contra el expolio a GARA. Fue una cita especial, por lo excepcional de la causa y por ser un acontecimiento único. El compromiso de las bandas lo hizo posible. En aquella fiesta era imposible imaginar el escenario actual. Los artistas afirmaron aquel día que la fiesta de verdad sería al terminar de pagar la deuda. Sea como sea, así será.

Ahora toca devolver el compromiso que estos artistas han tenido siempre con las causas más nobles de la sociedad vasca y ofrecerles un espacio en el que puedan sacar algo de dinero y no echar a perder lo invertido en este periodo, desde ensayos hasta discos.