Iñaki IRIONDO

Cambios de estrategia y usos torticeros

Hace diez años la izquierda abertzale estaba ilegalizada. A la vista de lo ocurrido en Madrid quizá convenga recordarlo para medir los saltos históricos. Y el 20 de junio de 2010 EA (hacía falta valor) y un ente innombrable suscribieron el acuerdo “Lortu Arte”, sellado con un apretón de manos entre Pello Urizar y Rufi Etxeberria. Luego se sumó Alternatiba y después Aralar. Diez años son suficientes para darse cuenta de que EH Bildu no es HB. Pero el PNV, cada vez que a los ojos de la ciudadanía queda claro que aquellos a los que tanto desprecia han dado un paso adelante, se queja del pasado, rebaja la importancia de lo hecho y añade un «bienvenidos al club», que tiene su versión ofensiva en «solo aciertan cuando rectifican».

Claro que el independentismo de izquierdas ha cambiado su estrategia, sus formas de hacer y sus usos institucionales. Claro que quiere influir. Claro que quiere ganar. Otra cosa es para qué. La «agenda vasca» de EH Bildu no es la del PNV. En todo caso, tampoco los jeltzales son hoy lo que eran. En su día se levantaron contra AEK, Korrika y Egunkaria contraponiendo sus alternativas institucionales y acabaron corriendo con el peto puesto y siendo incapaces de sacar un diario euskaldun alternativo. Cambiaron el recorrido de la autovía de Leitzaran. Se han hecho antinucleares. El 8 de marzo de 2018 no apoyaron la huelga feminista y un año después, sí. El 19 de julio de 2019 en el Ayuntamiento de Gasteiz el PNV se negó a hablar de «emergencia climática», porque se lo pedía la izquierda, y el 30 fue el Gobierno de Urkullu quien hizo una declaración institucional.

El cambio de estrategia de la izquierda abertzale atañe también a las cuestiones relacionadas con los actos de estos días contra sedes y portales. No trascendió, pero EH Bildu propuso el miércoles en el Parlamento una declaración que decía textualmente que «la Diputación Permanente del Parlamento vasco expresa su más enérgico rechazo a la intolerable agresión a la libertad y la pluralidad de la sociedad vasca como consecuencia del ataque en el domicilio de la secretaria general del PSE-EE, Idoia Mendia, y de Alfonso Gil, teniente alcalde del Ayuntamiento de Bilbao, y manifiesta que este tipo de actos están fuera de lugar». El resto de partidos optó por tensar la cuerda.

Está claro que Andoni Ortuzar, Josu Erkoreka e Idoia Mendia prefieren quedarse en la pantalla anterior. Pero el tiempo corre. Que se lo pregunten a Pedro Sánchez y a Adriana Lastra.