Daniel GALVALIZI
Elkarrizketa
ALBERTO INFANTE CAMPOS
MÉDICO Y PROFESOR EMÉRITO DE LA UNIVERSIDAD CARLOS III

«Conviene estar preparado, todo lo que ensayemos ahora en rastreo lo agradeceremos en el futuro»

Asegura que ha pasado el riesgo del colapso por el coronavirus pero advierte de que «hay que estar listo para el peor escenario en otoño» y eso pasa por ensayar ya los rastreos. Además, Infante Campos destaca que sólo las comunidades autónomas pueden poner en marcha un eficiente sistema de detección de contagios. No será el de Corea pero funcionará, augura.

Desde Bilbo –en donde ha pasado la cuarentena por ser su esposa vizcaina aunque él reside en Madrid–, el ex director general de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud estatal Alberto Infante Campos muestra un indisumulable optimismo. Cree que lo peor de la epidemia quedó atrás y que ahora está en manos de los gobiernos y de la gente poder sortear con éxito el probable rebrote de fines de año.

«Cabe todavía que este virus nos dé una sorpresa», matiza, para que nadie peque de soberbia. Junto a otros colegas, firma manifiestos públicos con recomendaciones, con la voluntad de «influir en los asesores» y «basados en la experiencia» que ofrece el ámbito de la salud internacional. Por ello insiste en la importancia de concretar rápido un sofisticado sistema de rastreo: «No podremos hacer lo de Corea –admite–; nuestro sistema será mas lento, pero igual de eficaz».

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¿Ya quedó atrás la emergencia sanitaria?

Se ha controlado pero no me atrevería a decir que ha pasado la emergencia, sí ha pasado el riesgo de colapso del sistema asistencial y no se ve riesgo por ese lado en corto plazo. El sistema español estuvo en algunos sitios al borde del colapso en marzo. Ahora tendremos por delante una situación con pocos casos nuevos y se limitarán más a los grupos en los que se concentra; personas que viven en residencias y del personal sanitario y los de la primera línea de contacto. Estaremos así durante meses probablemente. El efecto del verano aún no se sabe, suponemos que es menor propagación por como se han comportado otros coronavirus, pero éste tiene un comportamiento especial. Y cabe todavía que nos dé alguna sorpresa. Por ejemplo la relación entre positividad y enfermedad se ha demostrado compleja. Todos los que tienen enfermedad dan positivo en la PCR pero no dan en todo momento, a veces en los primeros días dan negativo.

En varios países están montando sistemas de rastreo de contactos de contagiados. ¿Es una estrategia útil para controlar los rebrotes?

Lo es, y cómo se organice depende de muchos factores, por ejemplo de cómo esté organizado el sistema de salud. En Europa hay fuerte acceso a atención primaria, lo intuitivo es entonces que te bases en ese sistema para hacer el rastreo. Creo que las comunidades autónomas, de las cuales depende la atención primaria, se han puesto las pilas en esto, aunque han tardado un poco. Y en general lo que se está haciendo es poner personal especial, contratado o reasignado en tareas, que no requiere ser enfermero ni médico, porque basta con ser técnico en salud publica o auxiliar de clínica para saber hacer el rastreo.

¿Cómo sería ese sistema de rastreo ideal?

Con un protocolo, bajo supervisión y tutela de los centros de salud de la atención primaria de un territorio, en conexión muy directa con sus médicos, que son de primer contacto y pueden detectar en primera instancia casos sospechosos. En caso de encontrar un sospechoso de contagio, se llama por teléfono a la dirección de área para que el equipo rastree a los contactos sospechosos y los empiece a buscar para hacerles la prueba.

¿Qué es un caso sospechoso? Sería toda persona que haya estado en contacto sin protección durante más de 15 minutos con el contagiado. Suelen ser compañeros de trabajo, convivientes y parientes cercanos. El contagiado debe contar qué es lo que ha estado haciendo en la semana anterior. A todos esos hay que hacerles un test serológico que si da positivo hay que ver si procede el aislamiento, porque no procede en todos los casos, y si da negativo pero es bastante sospechoso hay que hacerles la PCR. Cabe recordar que la PCR tiene 20% de falsos negativos.

¿La formación de los rastreadores lleva mucho tiempo? ¿Qué implica?

Si son auxiliares de clínica con experiencia, no necesitan más que una mañana. Si son voluntarios y no personal sanitario, requiere más tiempo, depende del nivel de formación previa, pueden ser dos días de promedio. Básicamente deberán hacer historias, comprender el protocolo, saber manejar los elementos de protección y tener habilidades de comunicación. Ayuda que conozcan bien el medio social donde se va trabaja, es algo local. Al Gobierno central no le toca hacer un plan de rastreo, la competencia estricta es de los servicios de salud de las comunidades autónomas, tenemos en España una gestión completamente descentralizada.

¿El mejor modelo de rastreo es el de Corea del Sur?

Ni aquí ni en Alemania ni en Italia se podría hacer lo de Corea porque los trazamientos de movimientos con identificación personal no son legales en ningún país. En Europa podemos hacer estudios de movimientos de población anónimos, con antenas y no a través de móviles. Corea y Taiwan son países con democracias que han vivido desde su nacimiento en situación de riesgo bélico, son sociedades acostumbradas a este tipo de control. No cabe olvidar que la empresa icónica de Corea es Samsung y la de España es Zara. Lo máximo que podemos llegar es a rastreo con numero de contactos. Imagina que cada uno de esos casos en un día tiene 20 contactos de riesgo. Son 200 personas en unos días: da trabajo pero no es imposible. Será más lento y consumirá más recurso humano, pero igual de eficaz.

¿Cuántos rastreadores harían falta por habitante para desactivar a tiempo un nuevo brote?

El estándar no se puede establecer, depende de cómo sea el sistema de atención primaria. Pero si tienes bien mapeado en tu territorio donde tienes los focos calientes, no necesitas rastreadores a jornada completa. Sí los necesitas en donde están los focos, y el resto, simplemente observar. En un lugar como Madrid, podría ser un rastreador cada 50.000 habitantes.

No vamos a poder evitar en ningún territorio que haya casos y podrá pasar que en una semana no haya ninguno y a la siguiente haya siete. Hay que asumir esa realidad y recordar dónde tenemos los principales riesgos. Hay territorios en los archipiélagos que quizás no necesiten rastreadores pero si aparece algún caso habrá que enviar a alguien, y hay regiones como La Rioja en que tiene que haber equipos permanentes de aquí al otoño. Conviene estar preparado, ocurra lo que ocurra en el verano, para el peor escenario posible en el otoño. Todo esto tiene que hacerse ahora, es un simulacro logístico de organización. Es posible que en octubre tengamos algún rebrote y habrá que comportarse de manera distinta en los casos de gripe estacional y de covid-19. Todo lo que ensayemos ahora lo agradeceremos en el futuro.

¿Es seguro que se encontrará una vacuna? ¿Qué pasa si no es un «bien público», como ha propuesto Macron?

Seguro solo están la muerte y los impuestos, como decía Benjamin Franklin... (sonríe). Pero sí creo que habrá vacuna, nunca tanta gente ha estado tan deprisa con tantos recursos sobre algo. Creo que para antes de la primavera de 2021 la habrá muy probablemente. Me gustaría que sea un bien publico y la ONU y OMS deberían intervenir, pero no me lo acabo de creer. Sí creo que es exigible en el ámbito de la UE establecer un mecanismo de compra para que se consigan precios inferiores a que cada país compre por separado. Deberá ser gratuita y de calendario.

¿Este virus tendrá ciclos de mutación, como el de la gripe?

Es muy probable, es el comportamiento que han tenido otros virus anteriores similares. Puede ser que quede endémico si tenemos vacuna. Sería una buena noticia y significaría que pasaría lo mismo que con la gripe A. La inmunidad de grupo, que se consigue por vacunar, hace que el propio virus se adapte al entorno y vaya mutando, y sus mutaciones van haciéndolo menos virulento. Además, a los virus no les interesa acabar con sus huéspedes, otra cosa es que en el camino maten a muchos. Pero nadie sabe si este no será un virus que se comportará diferente a los anteriores. Y recordemos que, existiendo vacuna, en el invierno 2017-18 murieron por gripe 17.000 personas.

Trump anunció que se automedica y toma la hidroxicloroquina (HC). ¿Este ejemplo es bueno o malo?

De líderes mundiales insensatos hay ejemplos para contar y no parar... La HC es uno de los medicamentos con los que están trabajando, como con retrovirales, corticoides y anticoagulantes. Ha habido de semana a semana procedimientos de ensayo y error y han mejorado los tratamientos. Además, no es lo mismo tratar a un paciente en la primera semana que en la segunda o más adelante. Por tanto, ni automedicarse ni creer que la HC es la solución, porque hay pacientes a los que no se les puede dar.

En una de las notas públicas que firmó junto a colegas, lamentan que los medios se centran en «cuestiones no necesariamente centrales de fuerte impacto». Los medios masivos, ¿han empeorado el abordaje de la epidemia?

No me atrevo a hablar de los medios en general. He visto periodistas magníficos y otros muy desenfocados. Es una pandemia que puso a prueba a todo el mundo, incluidos los medios. Los que se dedican a periodismo amarillo encuentran aquí terreno abonado para el negocio sucio al que están acostumbrados. Es verdad que he percibido lo negativo de los bulos y redes, pero algo positivo fue que de repente muchos científicos han tenido espacio y les han ido a buscar, han redescubierto el inmenso valor de la ciencia.