Iñaki IRIONDO

ESPAÑA: «CON LO QUE ERA USTED, SEÑOR MARLASKA»

Y ESPAñA LE ESPETÓ AL MINISTRO DEL INTERIOR: «NUNCA NADIE HABÍA CAÍDO TAN BAJO. CON LO QUE ERA USTED, SEñOR MARLASKA». CONCRETAMENTE FUE LA PARLAMENTARIA DEL PP CAROLINA ESPAñA REINA EN EL CONGRESO. SU COMPAñERA DE BANCADA MARÍA TERESA JIMÉNEZ-BECERRIL NO LE FUE A LA ZAGA: «AHORA ES USTED UN HÉROE PARA LOS INDEPENDENTISTAS Y UN VILLANO PARA LOS QUE DEFENDEMOS A LA GUARDIA CIVIL».

La oposición trifásica derechista había preparado para el pleno de control de ayer en el Congreso una batería de preguntas sobre el pacto del PSOE y Unidas Podemos con EH Bildu, no solo por la variante de la derogación de la reforma laboral, sino también por el punto segundo que permite a la CAV y Nafarroa endeudarse según sus recursos y por cómo influiría eso en la financiación territorial de la España toda.

Pero el Duque de Ahumada, Don Francisco Javier Girón y Ezpeleta de las Casas y Enrile, entró la tarde-noche del martes a caballo en el registro del Congreso y cambió hasta siete preguntas de PP, Vox y Cs, para convertir la sesión prácticamente en un monográfico sobre el honor de la Guardia Civil, personificado en el coronel Diego Pérez de los Cobos, recientemente cesado por el «pato cojo», «robademocracias», «villano», «destruyelegalidades», «converso», «maketo», «delincuente», «irresponsable», «sinvergüenza», «traidor», «amedrentaciudadanos», «miserable», «mentiroso» e «indigno» ministro Fernando Grande-Marlaska.

Todos esos calificativos, y alguno que se perdería en la transcripción de la batalla, le dedicaron parlamentarios y parlamentarias de PP, Vox y Ciudadanos a quien durante tanto tiempo, como también se lo recordaron, vieron como «uno de los nuestros» cuando era juez en la Audiencia Nacional y blandía informes de la Guardia Civil contra el independentismo vasco. Quien mejor reflejó esa decepción fue España Reina, Carolina, del PP, con su rotundo «nunca nadie había caído tan bajo, con lo que era usted, señor Marlaska».

A Grande-Marlaska le acusaron a de «pactar con Bildu», de «injerencia en la justicia», de haber ordenado a dos generales y a la directora de la Guardia Civil sonsacar al coronel Diego Pérez de los Cobos detalles sobre el informe que iba a presentar el cuerpo a la jueza y de haberlo cesado por venganza al no lograrlos. Y además, le abroncaron por haber «improvisado» una subida de sueldo a las FSE para su equiparación con las policías autonómicas, en un intento de «comprar su silencio», como le criticó el parlamentario de Ciudadanos Edmundo Bal, que se felicitó de que –afortunadamente en su opinión– «la Policía no es tonta».

El otrora héroe de todas las derechas, asociaciones de víctimas, forenses que maquillaban torturas y firmantes de informes de ciencia ficción, y hoy traidor a los «hombres que se jugaron la vida por usted, como Sánchez Corbí y Pérez de los Cobos, cuando era objetivo del comando Bizkaia» –Macarena Olona, de Vox, dixit–, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, respondió que nunca habrá injerencia en otro poder mientras él esté en el cargo, dijo no saber nada del chapucero informe de la Guardia Civil (debe ser el único a estas alturas) y volvió a explicar que la subida de salario a las FSE estaba anunciada desde febrero y que pasó por la Comisión de Secretarios y Subsecretarios que prepara el Consejo de Ministros el pasado jueves, antes por tanto de que se montara todo este follón por el cese de Diego Pérez de los Cobos, que reiteró que obedece a una remodelación de su equipo.

Lo repitió de una u otra forma catorce veces, es decir, en respuesta y réplica a cada uno de los siete parlamentarios y parlamentarias que le cuestionaron sobre la materia. Pero no convenció a ninguno, que insistieron en demandar su dimisión. Pero de nuevo dejamos el resumen a la representante del PP Carolina España Reina: «Si le queda algo de dignidad, dimita. Y si no, también».