Ni once meses se han cumplido del desembarco de Ángel Villacampa en Bilbo. Una temporada que ni siquiera ha podido completar y que se le queda muy corta. Por eso y porque había comprometido ya su palabra, no se ha dejado tentar por otras ofertas –ayer reconoció que los rumores sobre el interés de otros equipos no iban desencaminados– y ha renovado con el Athletic por un segundo año.

«Había dado al club mi palabra de continuar con el proyecto –explicó–. Me siento muy comprometido con el club y la renovación nos hace felices por poder seguir perteneciendo al Athletic y seguir trabajando en un proyecto que sentíamos inacabado». En este sentido, cree que el parón de la competición llegó «cuando estábamos en semifinales de Copa y con una clara tendencia del equipo hacia arriba, con un gran rendimiento y cuando empezábamos a sentirnos bastante identificados con lo que hacíamos. Íbamos teniendo más señas de identidad que reclamábamos, un equipo más reconocible. Paramos en el mejor momento y te sientes con esa necesidad de saber hasta dónde puedes llegar», insistió Villacampa, satisfecho también por el paso adelante que han dado las jugadoras más jóvenes estos meses.

Explicó, por otro lado, que aguarda la respuesta a la oferta de renovación de Vanesa Gimbert, que a sus 40 años medita su retirada, y Amaiur Sarriegi, goleadora del filial y muy «apreciada» por otros clubes. También reconoció que le gustaría contar con Damaris y Oroz, sobre cuyo futuro no tiene noticias. «Si no siguen, buscaremos soluciones con las jugadoras del B, que han quedado campeonas y podemos seguir formando. Forma parte de nuestro trabajo y nuestra filosofía», aseguró.