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Violencia policial contra los negros, síntoma de un racismo estructural

Tras tres noches de protestas después de la muerte por asfixia de George Floyd en Minneapolis, incluido el incendio de una comisaría, y de su extensión a otras ciudades de Kentucky y Colorado, las autoridades han reaccionado enviando a la Guardia Nacional. Toda una muestra del racismo estructural de un sistema en el que la acumulación de grabaciones con denuncias de semejante salvajismo no tiene consecuencias penales ni disuasorias de ningún tipo.

El gobernador de Minnesota, el republicano Tim Walz, ordenó el despliegue de 500 soldados de la Guardia Nacional en Minneapolis, en la tercera noche de protestas por la muerte, asfixiado por la Policía, de George Floyd en la vecina localidad de Saint Paul. Mientras, las protestas por ataques policiales racistas se extienden a otras zonas del sur profundo de EEUU, como Louisville, en el estado de Kentucky. Un policía fue detenido ayer en relación a la muerte de Floyd.

Después de la brutal detención y sometimiento, que acabó con la muerte del hombre negro ahogado bajo las rodillas de tres policías, el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, declaró la emergencia local y pidió el despliegue de la Guardia Nacional tras la tercera noche de protestas, que se concentraron en el lugar exacto en el que Floyd murió.

Una persona falleció tras recibir un disparo en el marco de las protestas, durante las que se registraron saqueos e incendios, entre ellos el de una comisaría en Minneapolis, de la que los policías huyeron en desbandada.

Cuatro agentes fueron despedidos por la muerte de Floyd. Ayer, cuatro días después, el FBI detuvo al policía Derek Chauvin, al que la Fiscalía imputa «asesinato en tercer grado».

Al menos siete personas sufrieron heridas de bala durante las manifestaciones en Louisville (Kentucky) para exigir el enjuiciamiento de los policías involucrados en la muerte en marzo de una mujer, también negra, en su apartamento.

Breonna Taylor, una técnica médica de 26 años de edad, recibió ocho balazos de tres policías que acudieron a su casa con una orden de allanamiento sin aviso.

Su compañero, Kenneth Walker, habría reconocido que él disparó contra los agentes, que iban vestidos de civil, cuando irrumpieron en el apartamento porque no sabía que eran policías. Los agentes respondieron abriendo fuego y matando a la mujer, que pereció en el pasillo de la vivienda.

La concejala Keisha Dorsey, que vio cómo los manifestantes empezaban a congregarse en el centro de Louisville , señaló que lo ocurrido «es una revuelta contra un sistema en el que la gente se siente oprimida».

«Lo que veo es gente que trata de hacer lo que puede para expresar su dolor y su frustración», subrayó.

«Es comprensible que las emociones sean muy intensas», apuntó el alcalde de Louisville, George Fisher, quien justificó la ausencia de cargos criminales contra los agentes, ya que «está en marcha el debido proceso».

Escenas similares a las vividas en Minneapolis y Louisville se reprodujeron en Denver (Colorado), donde manifestantes salieron a la calle para protestar contra la muerte de George Floyd, en una concentración que derivó en disturbios. Testigos escucharon disparos de fuego real cerca del Capitolio estatal.

La cámara de un móvil

La grabación desde un móvil ha permitido descubrir cómo Floyd fue asfixiado hasta morir. Del mismo modo que, el mismo día, otro vídeo exoneraba a Christian Cooper, también negro, acusado de amenazas imaginarias en Central Park por una mujer, Amy Cooper, vicepresidenta de una importante sociedad gestora que ha sido despedida tras descubrirse que su denuncia era falsa.

Ambos negros, como Ahmaud Arbery, abatido a balazos por vecinos blancos en un barrio en el que hacía jogging, en Georgia.

Desde que en 1991 una cámara de vídeo amateur registrara la paliza que Rodney King sufrió a manos de la Policía en Los Ángeles, este tipo de grabaciones, cada vez más habituales por el uso de Internet, documentan el racismo imperante en EEUU.

Como en el desgraciado caso de Floyd, la muerte por asfixia de Eric Garner a manos de la Policía en Nueva York generó una oleada de protestas. Pero ni estas ni la profusión de vídeos-prueba han supuesto un descenso de casos de agresiones policiales racistas.

El problema, definitivamente, es estructural.

 

Trump glorifica la violencia, según Twitter

Twitter ha amonestado por segunda vez en días un mensaje del presidente estadounidense, Donald Trump, en el que describe a los manifestantes como «matones» y advierte de que «asumiremos el control si comienzan las dificultades, pero cuando empiezan los saqueos, empiezan los disparos».

Esta poco velada amenaza motivó que Twitter decidiera ocultar este mensaje a los usuarios, que pueden acceder de todas formas a él tras aceptar la advertencia textual de la red social: «Este tuit incumplió las Reglas de Twitter relativas a glorificar la violencia». Se trata de la primera vez que Twitter designa de esta manera un mensaje de Trump en la misma semana que la compañía también matizó otro mensaje por desinformar sobre el voto por correo en EEUU.

La respuesta del presidente no se hizo esperar. Tras asegurar que si por él fuera cerraría Twitter de no ser por las dificultades legales, acabó firmando una orden ejecutiva para facilitar la demanda ciudadana contra las redes sociales.GARA