A. L.
DONOSTIA
Elkarrizketa
SARA RUZ
MATRONA EN LA POLICLÍNICA GIPUZKOA

«Hubiera sido muy duro tener que dejar fuera al padre»

Sara Ruz forma parte del equipo de matronas de la Policlínica Gipuzkoa, donde hasta la fecha no han tenido ningún caso positivo en covid-19 antes del parto. Reconoce que los primeros días de la pandemia fueron de «mucho miedo e incertidumbre».

Sara Ruz, matrona de la Policlínica Gipuzkoa, subraya que los primeros días de la pandemia fueron de «mucho miedo e incertidumbre». Fue enfrentarse a «un virus poco conocido» en un momento en que, reconoce, «no se hacían tantas pruebas como ahora». «Se decían tantas cosas que no sabías muy bien a qué atenernos. La realización de los test y ver que, afortunadamente, ninguna de las embarazadas a término daba positivo, me fue aportando un poco de tranquilidad», señala a GARA.

Según el protocolo, nada más llegar al servicio de Urgencias de la Policlínica y antes de proceder a su ingreso hospitalario, se les practica la prueba del covid-19.

«Después son derivadas a nuestro equipo de matronas. Les preguntamos de nuevo, tanto a la embarazada como a su acompañante, si ellos o su entorno han manifestado algún tipo de síntoma relacionado con el covid-19, poniendo especial énfasis en detectar posibles afecciones respiratorias. Antes, los cuestionarios se centraban exclusivamente en el embarazo. Este tipo de triaje es uno de los cambios que hemos tenido que introducir en nuestra práctica habitual», explica.

En caso de que una mujer diera positivo, «su pareja no podría estar presente en el momento del parto, pero como digo, no nos ha tocado una situación así. Para mí, hubiera sido muy duro tener que dejar fuera del parto al padre».

Si alguna da positivo y «las circunstancias lo permiten, es decir, si no es un parto inminente o no se presenta ninguna otra urgencia, sería derivada al Hospital Donostia».

Pese a las obligadas medidas de prevención –mascarilla, distanciamiento físico...–, «nos esforzamos para que la atención sea lo más cercana o tanto como antes», si bien admite que «llevar puesta una mascarilla en todo momento genera una mayor distancia entre la paciente y nosotras, porque no nos estamos viendo ni la cara ni la expresión facial, solo los ojos. Aún así, intentamos propiciar una atmósfera cercana y de normalidad, acompañando a la pareja en todo momento».