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BRUSELAS

Europa examina la deriva y violencia racista de sus propias policías

Organismos como la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE y los diputados del Parlamento Europeo reconocen que «el racismo es moneda corriente» en las policías europeas, que no están libres de la deriva racista que ha quedado de nuevo expuesta en el caso de EEUU con la muerte de George Floyd. El descubrimiento de un grupo policial francés dedicado a extender mensajes de odio, racistas y sexistas en Facebook corroboró estas denuncias.

«El racismo, la violencia y los controles por el aspecto siguen siendo moneda corriente en Europa», recordó ayer la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE, que ha instado a los Estados a estar a la altura de la indignación provocada por la muerte de George Floyd a consecuencia de la brutalidad policial durante su detención en EEUU.

Esta agencia llevó a cabo un estudio en 2018 sobre 5.800 personas europeas de ascendencia africana, según el cual, el 30% de ellas decían haber sido víctimas de racismo y el 24% afirmaban haber sido controladas por la Policía en alguna ocasión en los últimos cinco años. Pero solo el 22% de los agredidos habían presentado una denuncia, debido a la desconfianza hacia las fuerzas policiales.

La mitad de las identificaciones en la calle se percibieron como basadas en un perfil étnico, una práctica ilegal.

«Nadie debería temer ser detenido solo porque es negro», declaró el director de la FRA, Michael O'Flaherty.

El propio Parlamento europeo denunció ayer el racismo estructural en EEUU y la gestión del presidente, Donald Trump, ante las protestas, pero también instó a reflexionar sobre los casos de brutalidad policial contra minorías en Europa.

Los eurodiputados admitieron que los agentes de Policía en Europa «no están libres de la deriva racista». En el debate participó el académico francés Pap Ndiaye, quien hizo hincapié en que, con matices, la violencia racista se produce también en nuestro continente y recordó el caso de Adama Traoré, joven fallecido mientras estaba en custodia policial en el Estado francés y sobre el que los informes periciales que exoneran a los policías que lo detuvieron también han provocado protestas. A su juicio, el nivel de violencia es superior en EEUU, pero la relación degradada entre los jovenes no blancos y la Policía afecta igualmente a los países europeos. Por ello, considera esencial abordar una reforma en la Policía para «democratizarla».

La activista estadounidense Gay McDougall destacó ante los eurodiputados que la violencia racial tiene raíces más profundas que la propia actuación policial. En su opinión, hay que abordar de manera general la desigualdad y la pobreza que sufre la comunidad negra. Asimismo, reclamó que la UE tenga una relación crítica con Washington y se plantee cortar lazos comerciales o condicionarlos al respeto de los derechos humanos.

Precisamente el jueves “Streetpress” reveló la existencia en el Estado francés en Facebook de «Policía Oficial TN Rabiot», un grupo de discusión reservado para policías y que incluiría a 8.000 miembros, en el que se intercambian numerosos mensajes de odio, racistas, sexistas y homófobos.&discReturn; El ministro francés de Interior, Christophe Castaner, remitió el caso a la Fiscalía.

En este contexto, el Senado de Berlín aprobó el jueves una ley antidiscriminación que ha provocado las críticas de sindicatos policiales y contra la que votaron la extrema derecha y la CDU, que la ven como «una puñalada por la espalda». Según esta ley, las víctimas de discriminaciones –raciales, religiosas, sexuales o por discapacidades– podrán ser indemnizadas.

La muerte de Floyd también ha recordado a la de Elhadji Ndiaye, senegalés que murió hace cuatro años en dependencias policiales de Iruñea tras un arresto muy similar en el barrio de Arrotxapea, donde Sortu y Africa United realizaron ayer un acto en su memoria. Hoy habrá otra concentración en Arrotxapea, y también en el Boulevard de Donostia y ante la Audiencia de Bilbo.

Las críticas por la represión de manifestantes aumentan en EEUU

Muchas de las ciudades de EEUU que habían implantado el toque de queda, como Washington y Los Ángeles, levantaron la medida ante protestas mayoritariamente pacíficas. La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, pidió al presidente, Donald Trump, que retire las fuerzas federales y militares desplegadas en la ciudad. En Nueva York, un gran despliegue policial dispersó a los manifestantes y detuvo a cientos de personas el jueves. El alcalde, Bill de Blasio, fue abucheado por su defensa de esta actuación policial. Aunque las calles se calmaban, volvieron a divulgarse imágenes de numerosas agresiones policiales, que han dado lugar a investigaciones. Sobre todo la que sufrió en Buffalo un hombre de 75 años, al que dos agentes empujaron. El hombre cayó de espaldas, estrellando su cabeza contra el suelo, antes de comenzar a sangrar por un oído sin recibir ayuda inmediata. Hospitalizado en estado grave, evolucionaba favorablemente. A la vez, organizaciones por los derechos civiles presentaron una demanda conjunta contra Trump y el fiscal general, William Barr, por la carga policial «coordinada y sin provocación mediante» que dispersó a cientos de manifestantes ante la Casa Blanca.

El jueves, Minneapolis despidió a George Floyd en un acto en el que su hermano, Philonise Floyd, denunció «la pandemia del racismo y la discriminación» que provocó su muerte.GARA