GRANADA 1

EIBAR 2

El Eibar se ve en Primera por séptima temporada consecutiva. No es matemático pero, como siga así, lo será en breve. Porque todo lo bueno que está poniendo el equipo sobre el verde desde que se reanudó la Liga, empieza a verse también en los marcadores. Tanto que, de hecho, ha enlazado su mejor racha de la temporada: ocho puntos en cuatro partidos y, sobre todo, dos victorias consecutivas que le dejan el objetivo al alcance de la mano. Y es que ninguno de sus rivales se está acercando al rendimiento de los azulgranas y las consecuencias son evidentes: el Eibar ha dormido con nueve puntos de colchón sobre el descenso, ha superado de nuevo al Celta en la tabla e incluso ha alcanzado a Alavés y Valladolid, aunque el golaverage es desfavorable con ambos, a falta de que los blanquivioletas pasen por Ipurua en la penúltima jornada.

No será esa la única oportunidad que tenga el equipo si las cosas vuelven a torcerse. Porque la mitad de los seis partidos que le restan le enfrentarán a rivales directos, Leganés, Espanyol y Valladolid y será entre las jornadas 35 y 37.

Orellana anuncia su marcha

Aunque mejor si la cosa está decidida para entonces porque, en este final de temporada tan irregular que la Liga se ha sacado de la manga, el Eibar puede ser uno de los grandes perjudicados. Seis jugadores, además del cedido Cristóforo, acaban contrato mañana. No hay acuerdo para su continuidad, en el caso de Escalante se da por seguro que no la habrá y Fabián Orellana confirmó ayer mismo en redes sociales que el de Granada fue su último partido –faltarían Pedro León, Charles y De Blasis, además del lesionado Ramis–. La rumorología apunta, además, a que el chileno se irá al Valladolid, un rival directo del Eibar, que difícilmente le dejará jugar con un equipo con el que pelea por seguir en Primera. Si eso no es una adulteración de la competición, se le parece mucho.

A favor de Orellana hay que decir que se habrá despedido a lo grande. También ayer, pese a ser uno de los cinco jugadores que repitieron titularidad con tan poco tiempo para la recuperación, fue el mejor. Con permiso de Kike García, que curiosamente también se había dado una paliza contra el Valencia –92 minutos– y ayer repitió con otro despliegue de entrega y pelea durante 86 minutos que además se dio el gustazo de coronar con el gol de la victoria.

Ya había asistido el primero, que firmó De Blasis al cuarto de hora con una preciosa vaselina. El Granada reaccionó pero los armeros supieron evitar que inquietase lo más mínimo a Dmitrovic. Al menos hasta que, a la vuelta de vestuarios, saltó al césped Soldado, que necesitó sólo dos minutos para cabecear el empate.

Se abrió el partido, aunque las mejores ocasiones fueron para el Eibar y la conexión De Blasis-Orellana-Kike. Los tres, con Cote, protagonizaron la acción del segundo gol, que culminaba Kike. Quedaban veinte minutos y el eterno descuento, que se consumieron entre el temor a que un rival volcado empatara y la ilusión por que llegara el tercero, que los guipuzcoanos no dejaron de buscar. No llegó pero tampoco hizo falta para asegurar tres puntos que dejan la permanencia a tiro.