Ane URKIRI ANSOLA
ALAVÉS

Continúa la depresión albiazul

Quinta derrota consecutiva, esta vez en Valladolid.

VALLADOLID 1

ALAVÉS 0


Terminar el encuentro sin haber realizado ni un solo disparo a puerta es una dinámica que se ha repetido en varias jornadas post-parón. Ha sido el lastre que ha acompañado al Deportivo Alavés, que no encuentra el camino en esta última fase de la temporada y esto se asemeja al día de la marmota. Sigue depresivo y acumula ya cinco derrotas consecutivas que dejan en la cuerda floja a un Asier Garitano que pudo haber dirigido su último partido como albiazul.

El miedo acompañó al Glorioso en su visita a Pucela. Lo importante era no perder y su rival tenía el mismo objetivo. Con todo ello, era imposible presenciar un partido atractivo. Sergio González y Asier Garitano jugaron a lo seguro, apostaron por la táctica y una cuestión de suerte cayó a favor de los locales. El técnico guipuzcoano ya advirtió antes del partido que son los detalles los que decantan la balanza y que debían trabajar para que cayeran de su lado. Parece que no han trabajado lo suficiente o que, simplemente, el azar es caprichoso.

Sin entrar en esa cuestión, la realidad es que es preocupante la dinámica de un Alavés que hasta hace nada estaba en una situación plácida en la clasificación. Las cosas se han torcido en cinco jornadas, la victoria frente a la Real ya es agua pasada, y es incapaz de sacar algo positivo ante rivales de su talla. Perdió frente al Celta, Osasuna, Granada, Espanyol y, ayer, ante Valladolid, que celebró la permanencia virtual, algo que todavía no puede hacer el Glorioso.

Equipo plano

No llegan los goles pero tampoco encuentra esa fortaleza defensiva que es la seña de identidad del equipo. Cierto es que en el duelo de ayer apenas inquietó Valladolid, parecía estar conforme con el empate, así como parecía estar el Deportivo Alavés.

Los cambios realizados en la segunda parte le dieron más brío al equipo pucelano y quizá por ello, el caprichoso azar decidiese echar una mano al conjunto vallisoletano. Alcaraz, con un disparo colocado, y Enes Ünal, con un cabezazo que despejó de maravilla Jiménez, dieron otro color a un partido gris. Oscar Plano y Waldo le dieron otro toque al Valladolid, algo que no consiguió Garitano con la entrada de Joselu y Pons.

Desde que se reanudó la Liga cuesta ver partidos atractivos y en el caso del Glorioso es prácticamente imposible. El juego del equipo es plano –ayer varió la disposición inicial con tres centrocampistas pero no le dio resultado–, incapaz de sorprender, no tiene jugadores que brillen por su calidad individual y ayer se vio a la legua que los jugadores no están convencidos.

Fue significativa la actitud de Édgar en una jugada que estaba por iniciar –andando, pegado a Marín–, sin ninguna disposición a buscar solución a la salida de balón de Pina, así como las dudas de Pérez al borde del área, hasta que le robaron la cartera.

Tampoco llegaron centros y cuando llegaban –Marín puso uno bueno– no encontraban destinatario. El punto no hubiera sido malo porque más vale conformar con lo que tienes cuando no has hecho nada en ataque. Pero es tal la mala racha del Alavés que se le dificulta una jugada de estrategia. Joaquín, sin marca, aprovechó un balón suelto para marcar el 1-0.