Pablo Varas
Escritor
KOLABORAZIOA

Chile, una foto con 40 años de fracaso

La crisis sanitaria que tiene carácter mundial deja a Chile como el país con el peor manejo político, económico y social de la pandemia. Nada funciona a pesar que desde marzo el actual gobierno de Sebastián Piñera insistió que la pandemia tendría una duración de once semanas. Rotundo fracaso.

El gobierno descartó toda ayuda y opinión del mundo científico. Los epidemiólogos no fueron escuchados mientras la pandemia se extendía por todo el territorio nacional. Una de las declaraciones más fuertes y agresivas fue la del ministro de Salud encargado de la conducción de la pandemia, quien manifestó que estaba asombrado del nivel de miseria y pobreza en las poblaciones de Chile. Increíble.

Alrededor de ocho millones de habitantes de Santiago, la capital de Chile, permanecen en cuarentena como alternativa para frenar la prolongación de contagios, lo que ha generado una crisis humanitaria sin precedentes. Comercio, centros comerciales, almacenes, mercados, todos los colegios cerrados y un sistema de salud colapsado. Supera algo más de 10.000 fallecidos según el Ministerio de Salud.

Los efectos de esta violenta realidad muestran el fracaso de un modelo económico que fue difundido como una alternativa para salir del subdesarrollo. Se insistió que la forma correcta para sacar a millones de ciudadanos de la miseria radicada en el éxito del modelo neoliberal. Esta propaganda no fue exclusiva de la derecha, se incorporaron desde sus inicios la concertación por la democracia que tiene sus orígenes en un sector que se enfrentó contra la dictadura.

La entrega del gobierno por los militares fue una relación pactada, el modelo económico se mantenía, los responsables de las violaciones a los derechos humanos no serían llevados a los tribunales de justicia, el modelo político no sería alterado y la Constitución Política de 1980 se mantendría incólume.

Chile es un país que luego de muchos años de dictadura transita sin haber efectuado la fundamental y necesaria transición. La clase política optó por negociaciones y pactos y todo aquello tuvo su día y su hora.

Santiago 18 de octubre 2019. Se da inicio a las mayores manifestaciones sucedidas desde 1990. Miles de personas salen a las calles para exigir cambios fundamentales, dado que el modelo no logró dar respuestas a las urgentes necesidades. Sin lugar a duda una de las más conocidas era el fin del actual sistema de ahorro obligatorio que se le conoce como sistema de previsión social, AFP.

Fue diseñado por José Piñera, hermano del actual presidente de Chile, y se puede resumir que diez grupos económicos son los encargados de la administración de recursos, 10% mensual, que aportan todos los que trabajan en el país. Un botín incalculable.

Luego de varios decenios las pensiones entregadas a la edad de 65 años en los hombres y 60 las mujeres son miserables. Muchas no superan los 120 dólares mensuales y es el Estado quien debe aportar para que alcancen el ingreso mínimo. Una estafa.

En la mitad de la más grave crisis sanitaria y económica, cuando la cesantía alcanza al 19%, se avanza hacia la posibilidad que todas las personas que tengan dineros en las AFP puedan retirar el 10% de sus ahorros para asegurar la comida, el pago de sus alquileres, luz y agua, para no morir de hambre. Asunto fundamental.

Esta propuesta surge dada la tardía respuesta de un gobierno débil, sencillamente para poder cubrir las necesidades más urgentes. Lo entregado es mínimo y no ha llegado a toda la población, especialmente en los sectores más pobres.

Pasada la pandemia, sin duda alguna, los ricos serán más ricos y los pobres más pobres. En los próximos meses por primera vez en la historia de Chile los ciudadanos podrán discutir y proponer una Nueva Constitución. Cierto es que no resolverá las urgencias de los actuales días pero afianzará un país a escala humana para los próximos decenios. Apruebo.