El Ibex logró resistir sobre los 7.200 puntos a pesar de ser golpeado por las bajadas de los bancos y los valores del sector turístico. La presión de la pandemia sobre los mercados no cesa, puesto que se está complicando la recuperación económica y poniendo en peligro la actividad de muchas empresas. En Estados Unidos se siguen marcando récords de contagios sin que se atisbe un cambio de tendencia, mientras en Europa los rebrotes se están extendiendo. Además, el escenario político tampoco ayuda, sobre todo por las hostilidades que mantienen EEUU y China cuando el mundo se enfrenta a una crisis sin precedentes.

En la sesión de ayer, el Ibex pudo cerrar por encima de los 7.200 puntos, pero no superó el nivel de apertura. En concreto, se dejaba un 0,55%, hasta los 7.206,20 puntos. En Milán (con un -0,11%) y Fráncfort (-0,10%) se imponían las caídas, pero París (+0,60%) y Londres (+0,36%) lograron evitarlas.

En Nueva York, los inversores estaban a la espera de conocer detalles sobre los nuevos estímulos de la Fed, que con anterioridad ya había dejado clara su intención de no escatimar medidas para luchar contra la crisis. A la hora del cierre en Europa, el Dow Jones sumaba un 0,30%; el S&P 500, un 0,80%; y el Nasdaq 100, un 1%.

Dentro del Ibex, la estrella, en negativo, fue Santander (-4,71%), que anunció pérdidas históricas de 10.798 millones de euros en el primer semestre tras ajustar sus cuentas a valoraciones actuales. También bajaron de forma notable BBVA (-3,68%), Caixabank (-2,24%) y Bankinter (-1,68%). Por otra parte, más descensos para el sector turístico: IAG perdía un 2,81% y Meliá, un 2%. El mejor de la sesión era Acerinox (+8,76%), catapultado por los inversores a pesar de ganar un 87% menos hasta junio.