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Trump sugiere un inédito aplazamiento electoral

Con las encuestas en contra por su mala gestión de la pandemia y cuando empieza a sopesar la posibilidad de una derrota, Donald Trump sugirió ayer la opción de un inédito aplazamiento de las elecciones presidenciales de noviembre, alegando que los mecanismos para votar de forma segura en medio de la crisis sanitaria por el coronavirus, es decir, el voto por correo, facilitan el fraude. Demócratas y republicanos lo descartan.

El presidente estadounidense, Donald Trump, sugirió ayer que las elecciones, previstas para el 3 de noviembre, deberían retrasarse, basándose en falsedades sobre la inseguridad del voto por correo y a pesar de que necesita contar con un apoyo mayoritario del Congreso para ejecutar ese plan inédito y al que se opusieron demócratas y republicanos.

Trump echó mano ayer del manual, creado por él mismo, para monopolizar el discurso político y mediático durante el desayuno y desde el móvil: un tuit a primera hora, cargado de desinformación en mayúsculas, para proponer una medida inédita que con toda seguridad no llevará a cabo.

«Con el voto universal por correo (no el voto en ausencia, que es bueno), 2020 será la elección más IMPRECISA y FRAUDULENTA de la historia. Será una gran vergüenza para USA. ¿¿¿Retrasemos las Elecciones hasta que la gente pueda votar con seguridad y apropiadamente???», escribió en Twitter. No es la primera vez que alude a un posible fraude masivo en las últimas semanas.

El tuit de Trump, hundido en las encuestas por su impopular gestión de la pandemia, apareció en la red social solo 15 minutos después de que el Departamento de Comercio anunciara que el Producto Interior Bruto (PIB) de EEUU se desplomó el segundo trimestre a una tasa anual de un 32,9 % (un 9,5 % interanual), lo que supone un descalabro histórico debido a la congelación de la economía por la pandemia. Una caída sin parangón al suponer una destrucción de riqueza de 1,8 billones de dólares, equivalente a tres años de crecimiento.

Trump reiteró que el voto por correo, que varios estados están ampliando por la pandemia del covid-19, es fraudulento, algo que ha sido negado por expertos independientes y por responsables electorales de varios estados, incluidos republicanos.

Oregón, que fue el primero en adoptar este sistema, solo ha registrado 12 casos de fraude entre más de 100 millones de papeletas enviadas.

Una imposibilidad

En cualquier caso, es poco probable que las elecciones se pospongan. La Constitución estadounidense es muy clara al respecto: solo el Congreso puede cambiar la fecha de las elecciones, establecida desde 1845 por ley el primer martes después del primer lunes de noviembre, y los demócratas controlan la Cámara Baja. Sería necesario, por tanto, que la oposición se alineara con Trump. En resumen: una imposibilidad.

El Comité Nacional Demócrata afirmó que «la amenaza de Trump no es más que un intento desesperado de distraer de las devastadoras cifras económicas actuales». «Trump puede tuitear todo lo que quiera, pero la realidad es que no puede retrasar las elecciones, y en noviembre, los votantes lo responsabilizarán» por la situación, agregó en un comunicado.

Los republicanos también se opusieron a un retraso, con el líder de la mayoría conservadora del senado, Mitch McConell, a la cabeza, quien aseguró que la fecha electoral esta grabada en piedra. «Nunca en la historia de nuestro país, ni en guerras, depresiones o en la guerra civil, no hemos celebrado una elección federal programada en su tiempo y encontraremos la manera que así sea de nuevo», afirmó.

En una audiencia en el Senado, el secretario de Estado, Mike Pompeo, no fue tan tajante y dijo que las elecciones se deben llevar a cabo de manera «legal», pero destacó que es importante que sean comicios «en los que todo el mundo confíe».

Trump se ha desplomado en las últimas encuestas electorales frente a su rival demócrata, el exvicepresidente Joseph Biden, quien, según la media de encuestas elaborada por RealClearPolitics, es favorito en estados que el republicano no puede perder si quiere ser reelegido como Wisconsin, Florida o Carolina del Norte. Los números son especialmente preocupantes para Trump en estados clave que ganó en las elecciones de 2016, como Michigan o Pensilvania e incluso ponen en peligro fortines como Florida.

A finales de abril, Biden predijo que el magnate haría todo lo posible para retrasar las elecciones, hipótesis que Trump rechazó categóricamente.