Iñaki Lekuona
Periodista
AZKEN PUNTUA

Híbrido enchufable

125 años. A esta edad uno ha vivido de todo. O casi. «Euskadi no es una comunidad autónoma más. Somos una nación que tiene un régimen especial de autogobierno». Si su Sabino levantara la cabeza se arrancaría la barba después de ver a los actuales jerifaltes del partido sacrificar definitivamente Nafarroa e Iparralde en manos de un Andoni Ortuzar que sin despeinarse afirma que con mucho esfuerzo podrá haber alguien tan abertzale, pero no más que los jeltzales. Mucho habrá que esforzarse para ser tan cínico, pero nunca podrá superarse la desfachatez del actual presidente del EBB, que sin perder su sonrisa socarrona podría asegurar con la misma vehemencia que no hay en el mundo posado en bikini más sexy que el suyo propio. 125 años son muchos. Y podría pensarse que en ese tiempo el PNV ha envejecido. Y sí, lo ha hecho, pero en los últimos cuarenta ha logrado mantener una cierta juventud gracias a un control institucional que ha ido alimentando todos sus órganos y otros organismos clientelares, un control que ha mantenido renunciando definitivamente al soberanismo y al resto de provincias. 125 años más tarde, el PNV es, por sus propias decisiones, un partido de ámbito español, el campeón de una bilateralidad que deja de lado la nación de la que habla Ortuzar. Es, como anuncia aquella publicidad, un híbrido enchufable. Eso sí, conectado siempre con Madrid.