Janina PÉREZ ARIAS
Elkarrizketa
AGNIESZKA HOLLAND
CINEASTA

«Sin los medios de comunicación, no puede sobrevivir un sistema democrático real»

La realizadora polaca Agnieszka Holland (Varsovia, 1948) narra en su trabajo «Mr. Jones» la historia del periodista Gareth Jones, quien dio a conocer el Holodomor, uno de los mayores crímenes del siglo XX, la hambruna que devastó a Ucrania y que Stalin quiso ocultar a toda costa. Holland expone en esta entrevista por qué este filme es relevante en nuestros días.

“La hambruna domina en Rusia”, tituló el rotativo londinense “The Evening” el 31 de marzo de 1933. Firmaba Gareth Jones, quien logró emprender un viaje a pie a través de la Unión Soviética, específicamente en la actual Ucrania, área vetada a la prensa, sobre todo extranjera. A su paso, Jones, quien hablaba perfectamente ruso, halló muertes y personas en estado famélico, corroborando así el rotundo fracaso del plan de cinco años para la reforma y colectivización agrícola del régimen soviético, un hecho que Joseph Stalin trató de ocultar. En esa odisea Gareth descubrió lo que se conocería como el Holodomor o genocidio ucraniano.

Agnieszka Holland (Varsovia, 1948), tres veces nominada al Oscar, de fascinante biografía y trayectoria artística desarrollada entre Europa y EEUU, narra en Mr. Jones (estrenada en Movistar+) el viaje del periodista y escritor galés. Protagonizada por James Norton (Jones), Vanessa Kirby (Ada Brooks) y Peter Sarsgaard (el controversial periodista Walter Duranty ganador del Pulitzer en 1932), Holland profundiza en las implicaciones políticas de los hechos, retratando el entramado de extorsión y jugarretas de todo tipo a las que también se enfrentó Gareth Jones.

A Holland le tomó tiempo saber que detrás de “Rebelión en la granja”, de George Orwell, narración que leyó de joven en pleno apogeo de la era comunista, estaba el trabajo y vida de Gareth Jones, a quien descubrió en 2010 gracias al libro “Tierra de sangre: Europa entre Hitler y Stalin” (del historiador Timothy Snyder).

«La historia es simple», resumía en Berlín la realizadora polaca, «está centrada en un joven e inteligente periodista que va a Rusia y descubre algo que se había intentado ocultar, sobrevive pese a todas las dificultades e impedimentos. Con la verdad en la mano, cae en el abismo de presiones de todo tipo, se le cierran puertas por todas partes, hasta que está dispuesto a contar lo que vio en Ucrania. Sin embargo, constata que la verdad no cambió nada».

La historia de Gareth Jones es muy relevante en esta era de fake news y de gobiernos antidemocráticos. ¿En qué momento se dio cuenta de la necesidad de contarla?

No es que me siente y me ponga a pensar cuáles historias son necesarias actualmente en el cine (se sonríe). Hoy en día, el mundo se encuentra en condiciones difíciles y peligrosas. Durante muchos años estuve reflexionando acerca del hecho de que en realidad los crímenes del comunismo nunca se habían expuesto ni aceptado, tampoco habían sido incluidos en la conciencia de la humanidad. De una u otra forma, tras el shock inicial que generó el conocimiento de los crímenes del comunismo, todo se evaporó. En la cinematografía hecha en los años que siguieron al comunismo no se encuentra prácticamente nada relacionado a esos hechos; algo se hizo en Rusia pero no trascendió, tal vez porque no era lo suficientemente relevante para la sociedad rusa. Considero que es importante y necesario que se den a conocer delitos como el de Holodomor, y es imperioso que se cree conciencia acerca de los mismos. Y es que para reaccionar ante los crímenes que se comenten hoy en día, tenemos que entender la responsabilidad de los crímenes del pasado.

¿Cree que se ha producido un momento de inflexión propicio para abordar esos temas?

Después de las grandes crisis económicas recientes, en los últimos cuatro o cinco años se ha visto claramente que la política está cambiando. Se puede observar así mismo una transformación en la conciencia de la gente y en su ilusión de que la democracia liberal tomará las riendas para convertir todo en un paraíso. Parte de nuestra responsabilidad ha sido vedada, lo que me ha llevado a preguntarme reiteradamente qué es lo que se esconde en realidad. Esta es una temática que no la he visto tan expuesta en el cine, aunque sí en escenarios distópicos o en películas de catástrofes. Después de la elección de líderes populistas, en especial con la llegada de Donald Trump, se ha dejado claro que aquellas predicciones distópicas estaban en lo correcto.

El periodismo también está atravesando varias crisis, ¿la historia de Jones le remitió al ejercicio del periodismo hoy en día?

Me atrajo mucho la reflexión hacia el periodismo moderno. En efecto, la labor de Gareth Jones refleja preguntas actuales sobre el ejercicio del periodismo, la libertad de expresión y de los medios de comunicación, la corrupción y la objetividad en los medios, así como también en qué medida están al servicio de una agenda política, ideológica o financiera. Corroboramos que hoy el espacio para la verdad se tambalea, y llega a niveles dramáticos en el ámbito de las redes sociales; también vemos que los medios están siendo manipulados por poderes económicos y políticos, por poderes autoritarios, los cuales con mucha facilidad y a bajo costo pueden propagar mentiras y fake news rápidamente. Para enfrentar todo esto se necesitan periodistas libres e independientes, periodistas de investigación y de verificación de hechos (fact-checking), pero eso tiene su costo y nadie parece dispuesto a pagar por ello.

¿Considera que este filme es un llamado de atención hacia los periodistas?

Creo que necesitamos que se actúe, si no, la democracia puede darse por terminada. Sin los medios de comunicación, no puede sobrevivir un sistema democrático real. De lo contrario tendremos una especie de guerra global entre la verdad de China, la de Trump y la de Putin, aunado a la influencia de las inmensas corporaciones globales. Entonces, ¿quién será más listo en la manipulación? Muchos periodistas están pagando un precio muy alto, cada mes se cometen asesinatos de periodistas que han estado indagando algunas verdades.

Ha mencionado a China, EEUU y Rusia, pero ¿qué pasa con Europa?

Europa tiene políticos como [David] Lloyd George (primer ministro británico entre 1916 y 1922, Jones fue su secretario privado), uno de los personajes de la película (interpretado por Kenneth Cranham). Los políticos tienen miedo de ver la verdad por incómoda, porque ya han experimentado y sobrevivido a la realidad política y no tienen ninguna inspiración, ni imaginación ni coraje para luchar en nuevas batallas. Entre los líderes políticos europeos existen pocos que tienen una agenda democrática y están dispuestos a pelear por ella. Por otra parte, el movimiento de rabia social está manipulado y alimentado por las fake news. Europa es el campo de batalla de diferentes fuerzas, es un continente que está perdiendo su identidad, la Unión Europea se está desmoronando, lo cual ha sido uno de los objetivos de regímenes autoritarios alrededor del mundo. El panorama en Europa no tiene buena pinta, la verdad.

¿Cómo se debe lidiar con el hecho de que muchos gobiernos actuales siguen empecinados en re-escribir la historia para su provecho?

Es muy fácil manipular la historia, y todos los regímenes se han dado a la tarea de manipularla. Un buen ejemplo lo tenemos en Polonia, donde el gobierno nacionalista está re-escribiendo la historia reciente del país, borrando hechos del pasado y a personas claves, para así escribir una versión propia de la historia. Se sabe que Stalin lo hizo, la fue cambiando gradualmente, sobre ese caso en particular se han publicado varios libros. Esos ejemplos se parecen a las fake news, pero sus consecuencias son aún mayores porque una nación o una sociedad sin historia queda completamente ciega. Yo no creo que hayamos aprendido a cabalidad las lecciones del pasado, pero al menos podemos entender mejor dónde estamos y dónde se ha generado tanto dolor. Los cambios que estamos viendo en Europa son una señal de que los efectos de la vacuna histórica se han evaporado. Con excepción de Alemania, el Holocausto y su impacto ya no funcionan.

Se le ha preguntado muchas veces, pero… ¿Ha considerado hacer carrera política?

No (hace pausa para sorber su té mientras sonríe). Puedo apoyar y propagar ideas u opiniones, pero no quiero hacer una carrera política formal. Prefiero la vida (se vuelve a sonreír). La política real es bastante aburrida, es más aburrido que dirigir una película. Aunque me interesen mucho los temas políticos, yo prefiero tomar decisiones en un set de rodaje. Desgraciadamente, la política está tomando un camino bastante peligroso, y se está decidiendo sobre el futuro de nuestros hijos. Por otra parte, últimamente la política es más atractiva en reality shows que en películas, las cuales aún se mantienen en su zona de confort.

Usted ha compaginado el trabajo cinematográfico con el televisivo. ¿Qué percepción tiene del boom de los productos para televisión y las plataformas de streaming?

Ahora mismo la televisión es un campo amplísimo, hay millones de cosas que se están produciendo. Con el boom de la televisión y de las plataformas no sentí que se estaba desalentando al cine ni que era el final de la narración de historias. Después de un tiempo trabajando en diferentes episodios de series (“The Wire”, “House of Cards”, entre otras), para realizadores como yo, con un determinado punto de vista, rodar capítulos sueltos no es tan maravilloso porque tienes que vender la visión de otra persona y no puedes controlar mucho el proceso. A mí me gustan las historias largas, polifónicas, con mucha riqueza y que tengan varias capas.