GARA

LA DEPRESIÓN, UNA ENFERMEDAD SOBRE E INFRA DIAGNOSTICADA

Una reciente investigación publicada en la revista “Journal of Afective Disorders” revela que en el Estado español y en Europa «se da la paradoja de que la depresión es sobre-diagnosticada e infra-diagnosticada» y que, si bien afecta en mayor número a mujeres, la mortalidad es mayor en hombres de entre 18 y 64 años.

Un grupo de investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) en la Universidad Autónoma de Madrid y de la Fundación para la Investigación y Docencia Sant Joan de Deu advierten en un reciente estudio que tanto en el Estado español como en Europa «se da la paradoja de que la depresión es sobre-diagnosticada e infra-diagnosticada» y de que el riesgo de muerte es mayor entre los hombres debido a que reciben peor tratamiento porque acuden en menor medida a un profesional o recurren más a las adicciones.

José Luis Ayuso, catedrático en Siquiatría y quien ha liderado esta investigación además de colaborar en distintos grupos y consejos científicos asesores de la Organización Mundial de la Salud, subraya que muchas personas que no tienen una depresión son tratadas como si la padecieran, y al revés, muchas personas con depresión no están recibiendo el tratamiento adecuado. Entre las causas de la mala atención a la depresión el catedrático cita «el estigma» y la tendencia generalizada a no darle importancia, a verlo como algo «de personas débiles, sin fuerza de voluntad o como una excusa».

Destaca el «auto-estigma» que se produce cuando las personas que la sufren interiorizan esas ideas generalizadas y tienen miedo o no quieren reconocer, «o no saben», que lo que están pasando es una depresión y no recurren a la ayuda de un profesional. Advierte también del estigma que está presente entre los profesionales de la salud. Afirma que las personas con problemas mentales reciben peores cuidados de salud física que las personas que no los tienen «porque los profesionales interpretan sus síntomas como parte de la depresión y no exploran si tienen un origen físico»

En cuanto a las afecciones, los resultados de la investigación, publicada en la revista ‘Journal of Afective Disorders’, concluyen que si bien las mujeres la sufren en un porcentaje muy superior, el riesgo de muerte es seis veces superior entre los hombres jóvenes y de mediana edad. Así, el grupo más vulnerable a la mortalidad asociada a la depresión es el de hombres adultos con edades comprendidas entre 18 y 64 años, un resultado que «sorprendió» a los investigadores, ya que la depresión es más frecuente entre las mujeres y también entre las personas más mayores. Entre las hipótesis que justifican que la relación entre depresión y mortalidad sea mucho más fuerte entre los hombres que entre las mujeres está que los hombres reciben peor tratamiento, porque piden menos ayuda profesional cuando sufren una depresión, porque, a su juicio, pedir esa ayuda y expresar emociones es todavía difícil en la actualidad e incluso «incompatible» con algunas ideas de masculinidad que todavía persisten.

Ayuso precisa que la depresión en los hombres se manifiesta con síntomas que no son los «típicos» de tristeza, como la irritabilidad o hasta la agresividad, lo que hace que los cuadros depresivos pasen desapercibidos o sean más difíciles de detectar por parte de los profesionales de la salud.

Remarca que tanto en hombres como en mujeres las personas con depresión tienen hábitos menos saludables –una dieta más pobre, menos sueño, un mayor sedentarismo o un mayor consumo de sustancias–, lo que hace que sean más vulnerables a padecer enfermedades físicas y que tengan una mayor probabilidad de morir.

Las personas con enfermedades físicas crónicas o graves pueden también deprimirse, lo que puede conducir a un mal cumplimiento de los tratamientos y a hábitos de vida que no son saludables, según el catedrático, que ha observado que ese «abandono» deriva en un empeoramiento de su salud y en una mayor mortalidad.