La Fiscalía de Bizkaia ha archivado las diligencias abiertas a instancias de Eguzki después de que en enero pasado apareciese muerta en Muskiz por disparo de escopeta una hembra de halcón peregrino a la que los aficionados a la ornitología de Bizkaia conocían como Olaia.

La Fiscalía ha tomado esta decisión «no por la inexistencia de delito, pues abatir una especie protegida puede ser un delito contra el medio ambiente, en concreto, contra la fauna, castigado incluso con pena de cárcel», sino porque las pesquisas, encomendadas en este caso a la Guardia Civil, no han permitido identificar al autor del disparo.

Eguzki denuncia que este caso no es un hecho aislado ya que el abatimiento por disparo de especies protegidas y no cinegéticas «es habitual, crónico».

Recuerda que el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Gorliz, con ocasión de su vigésimo aniversario, informó el año pasado de que desde su apertura había recogido 17.021 ejemplares de todo tipo de especies, la mayoría, 11.744, aves, de los cuales, 502 ingresos se debieron a heridas por disparo.

Eguzki considera que dicha cifra de animales heridos por disparos es «la punta del iceberg de un problema que las administraciones públicas no solo no atajan sino que de algún modo propician con sus políticas cinegéticas (¿para cuándo el cierre de una línea de caza desde la que se haya disparado contra especies protegidas?)».