Raimundo Fitero
DE REOJO

Esquiladores

Ir a por lana y salir esquilado. En Australia, bonita tierra, hay problemas con los esquiladores debido a que las ovejas son enormes, como elefantes. Una paradoja del capitalismo, de la productividad. Una oveja o cordero de gran tamaño es otro animal diferente a esas latxas que dan tan rica leche para hacer unos quesos que ayudan a entender la evolución del homo sapiens. Y no digamos a los corderos lechales de cualquier rastro genético ovino, que ni siquiera deben ser esquilados, van directos al asador. Lo que es bueno para unos ejemplares, que dan muchos kilos de carne en canal, es un engorro para otros, esquilar a esos monstruos requiere de mucha fuerza y tiempo. Un problema sobrevenido que ejemplariza la situación de este loco mundo.

Porque no es lo mismo trabajar mucho que trabajar bien. Ni es aconsejable confundir la cantidad con la productividad y mucho menos en algo tan relativo y cargado con matices de todas las disciplinas como es la atención sanitaria. Los profesionales se encuentran colapsados. Los clientes, es decir los usuarios, empiezan a confundirse de enemigo y se enfrentan a los profesionales que no pueden más y deben atrasar consultas, deben demorar atenciones, resultados y otros asuntos que forman parte de eso que llamábamos con mucha licencia poética una de las mejores sanidades del mundo. La covid-19 está mostrando las costuras de un sistema que se resiente por la falta de voluntad política, inversiones y decisiones a favor de la población. Los paros anuncian una tormenta sanitaria que afectará a la pandemia, obviamente.

Por cierto, los incendios del oeste americano se están analizando ahora mismo desde otro punto de vista y les llaman «tormentas de fuego». Son como torbellinos de fuego, porque la fuerza ígnea crea corrientes propias, internas, que las movilizan. Un dato.