GARA
LOUISVILLE

El caso Taylor aumenta las protestas antirracistas

La decisión de no inculpar a ninguno de los policías por matar a la afroamericana Breonna Taylor el pasado marzo ha aumentado la indignación y las protestas antirracistas en Estados Unidos, sobre todo en Louisville, la ciudad donde sucedió el tiroteo y donde, bajo toque de queda, fueron detenidas el miércoles al menos 127 personas y dos policías resultaron heridos de bala. Las manifestaciones se extendieron a otras ciudades del país.

La indignación y el rechazo a la decisión judicial por la muerte de la afroamericana Breonna Taylor volvió a alimentar las protestas antirracistas y contra la brutalidad policial en EEUU. Al menos 127 personas fueron detenidas en las manifestaciones en Louisville, la ciudad de Kentucky donde se tomó la decisión y escenario del tiroteo en el que murió Taylor el pasado marzo. Ayer aún era difícil acceder a algunos barrios bajo un férreo control policial y una gran tensión.

Además dos policías resultaron heridos de bala. El estado de los policías era estable y un hombre fue detenido por los hechos. Cientos de personas, algunas armadas, se habían concentrado en un ambiente tenso en la plaza Jefferson Square, en el centro de la ciudad y la Policía los dispersó antes del comienzo del toque de queda establecido a las 21.00, hora local.

Las concentraciones se extendieron de forma espontánea nada más conocerse la sentencia por Boston, Nueva York, Washington, Filadelfia y otras ciudades del país, que hace meses que vive una fuerte movilización antirracista.

El motivo de la cólera de los manifestantes era esta vez que ninguno de los tres policías que irrumpieron en casa de la enfermera Breonna Taylor y la mataron de varios disparos ha sido acusado por este hecho.

Solo el agente Brett Hankison ha sido acusado por poner en peligro la vida de otras personas, pero porque sus disparos alcanzaron el apartamento de los vecinos de la víctima.

Sus dos colegas, Jonathan Mattingly y Myles Cosgrove, no serán llevados a juicio, una decisión «escandalosa e insultante», según el abogado de la familia de Taylor, Ben Crump. «Es irónico y típico que los únicos cargos de inculpación sean los concernientes a disparos en el apartamento de un vecino blanco», añadió. Los tres policías se presentaron vestidos de civil con una orden de arresto en el domicilio de la enfermera, cuya pareja abrió fuego con un arma legal creyendo que se trataba de un robo. Los agentes dispararon a su vez y alcanzaron a la joven con varias balas. Hankison fue puesto en libertad con una fianza de 15.000 dólares, una cantidad muy inferior a la establecida en casos similares. Fue despedido de la Policía en junio y podría ser condenado a 15 años de prisión .

«Breonna Taylor merece justicia» reclamaba la joven Decorryn Adams en la manifestación de Louisville, y exigía que no se ponga en peligro las vidas «solo por el color de la piel».

«Hermana, el sistema para el que trabajabas tan duramente te ha dejado caer», lamentaba Juniyah Palmer, hermana de Breonna Taylor.

Figuras del deporte que ya han mostrado su apoyo al movimiento Black Lives Matter, mostraron su consternación. «¡Me faltan las palabras! ¡¡Estoy devastado, conmocionado, triste, enojado! Queremos justicia para Breonna, pero se hizo justicia para las paredes del apartamento de sus vecinos y no para su vida. No me sorprende en absoluto, pero maldita sea, me duele el corazón» tuiteó el jugador de la NBA LeBron James.

«Es tan desmoralizante, tan desalentador», dijo el entrenador de los Golden State Warriors, Steve Kerr.

 

Trump vincula su presión sobre el Supremo al «fraude» electoral

Por detrás en las encuestas, el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, justifica sus prisas por elegir para el Tribunal Supremo a una sustituta conservadora a la recién fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg por un «fraude» en las presidenciales de noviembre en razón del voto por correo. «Creo que esto (el resultado de las elecciones) acabará en el Tribunal Supremo, y creo que es muy importante que tengamos nueve jueces», dijo Trump durante una reunión con fiscales generales de varios estados del país. «Es mejor si (aprobamos a una nueva juez) antes de las elecciones, porque creo que este fraude que están preparando los demócratas, este fraude acabará frente al Tribunal Supremo de EEUU», añadió. Trump ha insinuado repetidamente que podría no aceptar el resultado de las elecciones. El presidente mantiene además una ofensiva contra el voto por correo, al insistir en que ese método –que él mismo ha utilizado– podría favorecer el fraude, algo sobre lo que no ha aportado pruebas. Poco después volvió a negarse a garantizar que, si pierde en noviembre, su traspaso de poder al candidato demócrata, Joe Biden, será pacífico. «Tendremos que ver lo que ocurre, usted lo sabe, me he quejado mucho de lo que está pasando con las papeletas», concluyó.

Biden salió al paso de las amenazas. «¿En qué país vivimos? Esto es una broma. Este dice las cosas más irracionales y yo ya no sé qué decir». El senador republicano Mitt Romney hizo suya la indignación y juzgó inaceptable la sugerencia de Trump. «El traspaso pacífico del poder es fundamental para nuestra democracia; sin él, esto sería Bielorrusia», advirtió D. L.