Raimundo Fitero
DE REOJO

Incongruencia

Suben los datos estadísticos. Baja la paciencia ciudadana. Sube la tensión partidista. Baja la cota de credibilidad en los políticos de bajo coste, sin fundamentos ni programas. Vivimos en la incongruencia o al menos en un terreno baldío para la filosofía y muy abonado para la imbecilidad. Cuantas más veces aparece alguien en los medios de comunicación más posibilidades de quedar retratado tiene. Las figuras de pesebre de la banda del PP son carne de desintegración mediática. Son unos bultos sospechosos de ser productos con la obsolescencia programada. Mientras tanto pueden crear confusión y hacer el trabajo sucio a sus socios de Vox contra los que no luchan ni les intentan restar votos, sino todo lo contrario.

Una cascada de incongruencias me retiene en el caos. En Francia registran los domicilios de los ministros para ver si tienen algo de que acusarles por su gestión de la pandemia. Intento digerir la situación. El cartesianismo absoluto o una exceso de Pastis Delibero. En un centro médico de Catalunya encuentran en un lavabo el cadáver de un anciano que llevaba tres días. No es fácil asimilar la situación, ni pensar en los servicios de limpieza, ni entender si tenía familia o no. ¿Nadie le echó en falta? Con tantos protocolos que dicen implementar, que suceda esto produce ansiedad.

En Perú existe unos datos pandémicos bastante extremos, y a un japonés llamado Jesse Takayama le pilló el confinamiento de marzo a punto de visitar el Machu Picchu, y el gobierno peruano le ha invitado a visitarlo en solitario. Abierto para el turista extraviado. En China van a realizar el censo que no han hecho desde el año 1953. Supongamos que hay errores graves en la noticia y la fecha, pero lo que sí es cierto es que van a destinar a siete millones de funcionarios para realizarlo. No hagan números.