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PARÍS

Lagarde mete prisa para el reparto de los fondos de recuperación en la UE

El acuerdo alcanzado entre los Veintisiete para reunir y repartir los fondos monetarios que se consideran necesarios para impulsar la reactivación económica post-covid quedará en agua de borrajas si no llegan a tiempo. Esa es la advertencia que lanza la presidenta del BCE.

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, insistió ayer en que se tiene que cumplir el objetivo de que a comienzos de 2021 llegue a los Estados miembros más necesitados el dinero del plan de recuperación comunitario, que se encuentra bloqueado por la negociación entre las capitales.

En entrevista publicada en la web de “Le Monde”, subrayó que «el objetivo de la Comisión es que se pueda pagar a comienzos de 2021 y debe cumplirse absolutamente». Incidió en que «la pelota está en el campo de los Estados», que deben presentar sus propios planes –algunos ya están listos–, que el Ejecutivo comunitario deberá someterlos a examen y que luego los parlamentos estatales deberán adoptar los dispositivos pertinentes.

«Es crucial que este plan excepcional, que ha levantado importantes tabúes en ciertos países, sea un éxito», manifestó. Al hilo de ello, indicó que los riesgos son que no sea selectivo, que se pierda «en los dédalos administrativos» o que no llegue a la economía real para darle una orientación más digital y más verde. En estos momentos, el plan de recuperación de 750.000 millones de euros choca con la confrontación entre la voluntad de condicionar las ayudas al cumplimiento de los principios del Estado de Derecho y la oposición de algunos Estados que se sienten señalados por esas reglas, como en los casos de Hungría y Polonia.

Al mismo tiempo, Lagarde aseguró que, en caso de un agravamiento de la situación económica, el BCE no ha agotado todas sus posibilidades: «Si hay que hacer más, haremos más».

China sigue creciendo

En las últimas previsiones del BCE, el escenario central, que incluye restricciones parciales y localizadas debidas al coronavirus, fijó una caída del 8% del producto interior bruto (PIB) en la eurozona en 2020. Si las cosas empeorasen, las previsiones se revisarían en diciembre. En opinión de Lagarde, lo más grave a largo plazo es la pérdida de empleo. «Nos parece esencial que las redes de seguridad puestas en marcha por los gobiernos no se retiren de forma prematura», añadió.

El futuro se ve con más optimismo en China, cuyo PIB aumentó un 4,9% interanual en el tercer trimestre, según reveló ayer la Oficina Nacional de Estadística (ONE). Ese dato confirma la tendencia de recuperación económica en el país asiático después de conseguir controlar el covid-19, que en el primer trimestre provocó la primera caída del PIB desde 1976 (-6,8%), aunque en el segundo trimestre ya avanzó un 3,2% interanual.