GARA
WASHINGTON

Trump arrecia en sus ataques para cambiar el sentido de los sondeos

El presidente de EEUU, Donald Trump, tuvo en el debate de ayer frente a Joe Biden, una de sus últimas oportunidades para cambiar la predicción de los sondeos, que encara aumentando el tono agresivo.

El debate de la pasada noche en Nashville fue para el presidente de EEUU, Donald Trump, una de sus últimas oportunidades para intentar cambiar el sentido de la campaña, en la que va rezagado en los sondeos. Según el promedio de encuestas de RealClearPolitics, el demócrata Joe Biden aventaja a Trump por 7,5 puntos porcentuales –una tendencia decreciente–, y mantiene distancia, aunque menor, en los estados pendulares, donde las preferencias de los votantes van oscilando entre republicanos y demócratas.

El último debate televisado llegaba en un ambiente de crispación a doce días de las elecciones. El primer encuentro celebrado a finales de setiembre estuvo marcado por el caos, los insultos y las constantes interrupciones. Ayer los organizadores intentaron evitarlo apagando el micrófono del candidato que no estuviera hablando. El presidente lo consideró «injusto» y reiteró sus críticas a la moderadora, Kristen Welker, a quien acusó de ser una izquierdista demócrata.

Trump, que teme convertirse en un presidente de un solo mandato, acentuó en los últimos días sus ataques personales contra Biden, cuestionando su integridad y afirmando que su familia es una «empresa criminal». Desestima las encuestas y dice confiar en su capacidad de movilizar multitudes.

Antes del debate, el presidente mantuvo su estrategia de una presencia constante en campaña mientras Biden se quedó en su casa de Delaware en la tercera jornada consecutiva sin eventos en su agenda.

Pero sí delegó la campaña en el expresidente Barack Obama, que alertó en Filadelfia (Pensilvania) de que «no podemos confiarnos. No me importan los sondeos», y advirtió sobre quienes no fueron a votar a Clinton en 2016. Obama dará mañana un mitin en Florida, otro estado clave donde las encuestas marcan muy pocas diferencias.

Más de 42 millones de estadounidenses ya han votado por correo o en persona, es decir un 30% del total de la participación en 2016, según la organización independiente Elections Project,

En este clima ya tenso, el director de Inteligencia Nacional, John Ratcliffe, acusó a Rusia e Irán de intentar influir en la opinión pública obteniendo información sobre votantes estadounidenses. Tanto Moscú como Teherán rechazaron por infundadas las acusaciones. Irán reiteró que no le importa qué candidato llegue a la Casa Blanca.