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BRUSELAS

Hungría y Polonia llevan su pulso a la UE a la cumbre sobre la pandemia

Hungría y Polonia llevaron ayer su pulso a la UE a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que estudió la coordinación para hacer frente a la pandemia de covid-19. Sus primeros ministros defendieron el veto a los presupuestos de la UE y al fondo de recuperación pero sin lograr el protagonismo de la cumbre, ante el silencio de sus socios.

El encuentro de jefes de Estado y de Gobierno europeos tuvo ayer como principal asunto la gestión de la epidemia de covid-19, con el objetivo de coordinarse «para evitar una tercera ola» a principios de 2021, en especial para avanzar en el reconocimiento mutuo de las pruebas rápidas de antígenos o la estrategia de vacunación.

La parálisis del presupuesto de la UE tras los vetos de Hungría y Polonia se coló en las discusiones pero no logró el protagonismo que se preveía.

Los primeros ministros de Hungría y Polonia, Viktor Orban y Mateusz Morawiecki, respectivamente, defendieron su veto al presupuesto comunitario y al fondo de recuperación, pero no obtuvieron respuesta del resto de jefes de Estado y de Gobierno.

El debate sobre este asunto duró apenas un cuarto de hora y solo hubo cinco intervenciones: la del presidente del Consejo europeo, Charles Michel; la de la canciller alemana, Angela Merkel, que resumió la situación en calidad de presidenta de turno de la UE; Orban y Morawiecki, que defendieron sus posturas, y el primer ministro de Eslovenia, Janez Jansa, quien recientemente ha mostrado su apoyo a Hungría y Polonia en este asunto.

Varsovia y Budapest se oponen a un mecanismo que condicione el pago de fondos europeos al respeto del estado de derecho. En represalia, bloquean la decisión que permite a la UE recaudar fondos para financiar su plan de estímulo de 750.00 millones de euros y el presupuesto europeo 2021-2027.

Varios diplomáticos sugerían la posibilidad de ofrecer «garantías» para que el estado acusado de vulnerar el estado de derecho pueda defenderse y remitir el asunto al Tribunal de Justicia de la UE.

Pero el Gobierno polaco va más allá y ve «un conflicto ideológico» con «la oligarquía europea». «La probabilidad de que el presupuesto y el paquete de recuperación sean aprobados en su forma actual es cero», insistió el ministro de Gobernación de Hungría, Gergely Gulyás.

Una renegociación de los compromisos que los eurodiputados alcanzaron con dificultad no parece una opción. «No haremos nuevas concesiones», zanjó el Parlamento Europeo.

La apuesta de utilizar la urgente necesidad de los países del sur del plan de recuperación para forzar a sus socios también es peligrosa para Varsovia y Budapest, principales beneficiarios netos de los fondos europeos.

Aun así, mantienen el órdago, lo que augura que solo es el principio de la crisis.

Bielorrusia, victoria de Biden y desafío turco a los postres

Los ministros de Exteriores de la UE analizaron ayer, en paralelo, posibles nuevas sanciones contra el Gobierno bielorruso de Alexandr Lukashenko tras el incremento de la represión de las protestas que exigen que abandone el poder. Desde el inicio de la crisis tras las elecciones del 9 de agosto y la denuncia de fraude electoral, la UE ha aprobado dos rondas de sanciones, por lo que 55 personas, entre ellas el presidente y su círculo más cercano, se encuentran en la lista negra europea.

También estuvo sobre la mesa la situación del sistema multilateral y la relación transatlántica tras las presidenciales en EEUU. La diplomacia comunitaria todavía no ha tenido contacto con el equipo de transición del presidente electo, Joe Biden, más allá de las protocolarias felicitaciones.

Así como la tirante relación con Turquía, con el foco puesto en los últimos episodios como la polémica visita del presidente Recep Tayyip Erdogan a la zona de Varosha en el norte de Chipre.GARA

Hungariari eta Poloniari, entzungor

Hungariako eta Poloniako lehen ministroek, Viktor Orbanek eta Mateusz Morawieckik hurrenez hurren, aurrekontu komunitarioari eta berreskuratze funtsari jarritako betoa defendatu zuten atzoko gailurrean, baina ez zuten gainontzeko estatuburuen eta gobernuburuen erantzunik jaso. Horrela, covid-19aren epidemiaren kudeaketa izan zen gai nagusia, hirugarren olatu bat saihesteko koordinazioa bultzatzea helburu. Betoak ez zuen aurreikusitako protagonismorik izan, baina krisia ez da amaitu.