Dabid LAZKANOITURBURU

Busco trabajo: curriculum republicano en (de)construcción

Trump ha autorizado el inicio de la transferencia del poder a Biden. El giro tiene que ver sin duda con la crisis de su campaña de deslegitimación de las elecciones, incapaz de arrastrar a la mayoría de los dirigentes republicanos y que acumula ya en los tribunales una veintena de rechazos a sus denuncias.

Es posible que el magnate, que insiste en denunciar un fraude electoral masivo, haya levantado el veto pensando en su futuro. Mantener semejante desafío total al constructo democrático estadounidense supondría quemar todas las naves y le expondría al riesgo de enervar a propios y extraños. Se podría incluso dar el caso de que el Sistema, ese que está por encima de Trump –y de Biden–, decidiera castigar esa afrenta incumpliendo la regla no escrita que exonera a todos los inquilinos de la Casa Blanca que pasan a retiro y a los libros de historia de EEUU, y le llevara a los tribunales por alguno(s) de los indudable(s) delitos del magnate, antes y en su presidencia.

Trump no ha reconocido su derrota y ha delegado la dolorosa decisión en la jefa de la Administración de Servicios Generales (GSA). Emily Murphy se había mantenido hasta ahora firme.

Hay quien interpreta la marcha atrás de la «heroína» de Trump con la amenaza demócrata de exigirle explicaciones ante el Congreso. Con todo, no hay duda de que no lo habría hecho sin la aquiescencia y la decisión del magnate.

Murphy será fiel pero no tonta. El canal ABC asegura que la todavía jefa de la GSA lleva días preguntado a sus colaboradores por oportunidades laborales en 2021.

Cierto o no, la publicación de ese rumor habrá dado mucho en que pensar a más de un político republicano, atrapado entre las consecuencias de la deriva del Old Party de la última década –de la que el outsider Trump es su exponente más acabado–, y la fidelidad al establishment. Toda una disyuntiva que podría atemperarse si el disputado control del Senado se mantiene finalmente en manos de los republicanos, pero que la ambición del magnate y sus magníficos resultados electorales podría exacerbar.

Más de uno estará dándole vueltas a su curriculum. De arriba abajo y de lado.