Iñaki Lekuona
Periodista
AZKEN PUNTUA

Mentira

Los violentos han incendiado dos coches y han destrozado mobiliario urbano», se alarmaba este sábado un periódico francés en su edición digital. Medio millón de personas se manifestaban en ese momento en todo el país en la «marcha por la libertad» contra la Ley de Seguridad Global, pero la noticia se concentraba en esa violencia. Y no en la de los cuatro policías que propinaron una paliza a un tipo negro que resultó ser un conocido productor de música rap. Gracias a unas imágenes de vídeo, la versión policial según la cual la víctima intentó quitarles el arma se ha comprobado falsa. Pero da igual; hay que prohibir que se filme a la Policía. En la noche del sábado, en medio del festival de coches incendiados y de cristales rotos, en un resquicio de los medios de comunicación se asomó la cara ensangrentada de un fotoperiodista sirio golpeado con furia por los antidisturbios en París. Pero no es sólo racismo, como dejó caer Macron en su cuenta de Facebook; hace pocas semanas otro fotógrafo acabó igual a pesar de sus rasgos europeos. Y es que mientras que en las calles la prensa empuña cámaras y realidad, la policía empuña armas e impunidad en un contexto cada vez más autoritario propiciado por un presidente que llegó al poder precisamente reivindicándose como adalid de la libertad y barricada frente a la extrema derecha. Faltar a la verdad es incendiario; la mentira es violencia.