Natxo MATXIN
OSASUNA

Dos detalles que hacen que los rojillos vuelvan a las andadas

Sendos errores defensivos en la primera parte pusieron muy cuesta arriba un encuentro en el que los de Jagoba Arrasate solo supieronmanejarse durante los veinte primeros minutos, ofreciendo solo ganas pero nulo criterio en el intento de equilibrar la desventaja.

GRANADA 2

OSASUNA 0


Osasuna volvió a las andadas en el Nuevo Los Cármenes ante un Granada de Diego Martínez que le tiene cogida la medida al cuadro navarro. El equipo rojillo se olvidó de la solidez defensiva de pasadas jornadas y cometió dos errores atrás que aceptaron de buena gana unos anfitriones con mucha mayor pegada. A partir de ahí, los visitantes le pusieron ganas, pero no criterio.

El técnico rojillo, Jagoba Arrasate, apostó por quitar cemento de la medular y poner más dinamita en banda, con la entrada de Jony en lugar de Iñigo Pérez. Además, optó por reforzar el lateral derecho con un futbolista más defensivo como Roncaglia, lo que derivó en unos primeros veinte minutos de una escuadra navarra más replegada y protagonizando rápidas salidas al contragolpe buscando la espalda de la zaga granadina.

Una dinámica que dio para aparecer de manera esporádica en los dominios de Rui Silva, aunque también para controlar de manera satisfactoria la circulación de balón local que no tuvo fluidez en ese primer tramo del envite. Hasta que llegó un corner favorable a los anfitriones en el minuto 22 que Calleri no supo defender con contundencia para que el esférico cayese a los pies de Luis Suárez, quien se sacó un remate eléctrico, sin tiempo para que Juan Cruz le encimase lo suficiente como para evitar el tiro.

El Granada marcaba en su primer disparo a puerta y a Osasuna le tocaba volver a remar a contracorriente una vez más. El plan A ya no servía y el cuadro navarro tenía que llevar ahora la iniciativa si quería volver a poner el equilibrio. Obligado por el marcador, se puso manos a la obra mientras el envite fue entrando en una fase más tosca y en la que González Fuertes comenzó a echar mano a su bolsillo en busca de amarillas.

Al menos, los rojillos sí que estuvieron más cerca de perforar la meta rival, aunque sin concretar entre los tres palos. Un buen contraataque con superioridad no terminaron de exprimirlo lo suficiente los visitantes, aunque finalizó en un duro chutazo de Moncayola que acabó yéndose por encima del larguero. Osasuna llegaba, pero no asustaba. Calleri y Rubén García se molestaban en un remate franco dentro del área, que acabó sacando Germán.

Pero lo peor estaba por llegar. Un nuevo despiste defensi- vo –este mucho más mayúsculo–, de nuevo con protagonismo negativo para Calleri, secundado por un Herrera que se introdujo el esférico en propia puerta, acabó por resultar una losa tan enorme que ni siquiera las ganas de remontar de un equipo que no se rinde nunca fueron motivo suficiente para maquillar la derrota.

Impotencia ofensiva

Y es que aunque Osasuna salió en tromba tras el descanso –por fin logró encontrar portería– buscando un gol que le metiese en el envite, lo cierto es que lo hizo con más ganas que criterio. La impotencia ofensiva fue haciéndose cada vez más grande a medida que pasaban los minutos y ese arreón se acabó diluyendo cuando Gonalons cayó lesionado y el encuentro entró en un impasse favorable para los intereses de los anfitriones.

Al Granada le bastó con posicionarse de manera correcta en su campo e ir oxigenando su medio campo hacia adelante para contrarrestar unas acometidas rojillas que estuvieron marcadas por la constante precipita- ción. No ayudaron tampoco mucho los cambios de Arrasate, proponiendo un juego directo con Budimir y Gallego que tampoco dio los frutos apetecidos.

Como mucho un disparo de Lucas Torró desde fuera del área –una de las pocas noticias positivas, ver de nuevo en el césped al centrocampista alicantino–, pero que no encontró una envenenada dirección como para inquietar a un Rui Silva que le bastó con estar bien colocado. A los rojillos les resta un compromiso para concluir una primera vuelta –frente al Valencia en Mestalla– de números bastante preocupantes.