GARA
BILBO

Fallece un trabajador al caer de una torreta de alta tensión en Bilbo

Al menos 72 personas perdieron la vida en el puesto de trabajo en Euskal Herria en el recién concluido 2020. Apenas transcurridos doce días del nuevo año, este trágico contador volvió a ponerse en marcha tras el fallecimiento de un empleado de una subcontrata de Iberdrola.

Un hombre de 35 años falleció ayer mientras trabajaba en la línea de alta tensión del barrio bilbaino de Basurto. El operario, de la empresa Sistem Melesur, que funciona como subcontrata de Iberdrola, había sido destinado a ese lugar para realizar labores de apoyo a la plantilla que trabaja habitualmente en el mantenimiento de esta línea, según explicó CCOO. Mientras hacía los preparativos de seguridad, se precipitó desde una altura de cuatro metros, lo que le causó la muerte, según el relato de este sindicato.

Este es el primer accidente mortal registrado en Euskal Herria en lo que llevamos de año. Durante 2020, fueron al menos 72 trabajadores y trabajadoras los que fallecieron en el puesto de trabajo, como indicó ayer LAB, que recordó que Joaquín Beltrán sigue desparecido desde el derrumbe del vertedero de Zaldibar, que ocurrió hace casi un año, el 6 de febrero.

El comité de empresa de Melesur ha convocado para hoy una jornada de huelga, así como una movilización que tendrá lugar, a las 11.00, ante la entrada a la empresa en Trapagaran.

Por su parte, CCOO ha organizado una concentración en Bilbo ante la Torre Iberdrola, también hoy, a partir de las 11.30.

Los dos sindicatos citados, al igual que UGT, exigieron que se investiguen las circunstancias en las que se produjo este siniestro y, en su caso, «se señale a los responsables y se depuren responsabilidades».

«La cara más violenta»

La central abertzale considera que los accidentes «muestran la cara más violenta de la precariedad laboral», ya que son «consecuencia directa de las precarias condiciones de empleo y trabajo, y de la falta de prevención y medidas de protección. Lo más grave es que el único motivo detrás de todo esto es el hambre de dinero de las empresas».

Por su parte, CCOO destacó «la alta tasa de siniestralidad» registrada en la CAV en 2020, «que casi duplicó la del año 2019», y eso a pesar del periodo de confinamiento de abril y la bajada de la actividad a consecuencia de la pandemia. «La precariedad laboral que ya denunciamos a inicios del año pasado no ha hecho más que agravarse y provocar un deterioro de las condiciones laborales que, entre otras cosas, afecta directamente a la siniestralidad laboral», afirmó. «No se puede permitir una reconstrucción de la actividad laboral a costa de la seguridad y salud de las personas trabajadoras», manifestó.

Más en concreto, CCOO reclamó que en este nuevo año se realice una reflexión por parte tanto de Osalan como de la Inspección de Trabajo para reducir de manera significativa la siniestralidad laboral.

LAB extendió a «las instituciones y gobiernos» su exigencia para «que dejen de mirar hacia otro lado y cambien de una vez por todas las políticas de salud laboral de raíz. Para acabar con la violencia en el trabajo –precisó–, necesitamos vidas y trabajos dignos, porque tenemos derecho a volver del trabajo sanas y salvas. Tenemos que materializar un nuevo modelo que priorice la vida y la salud de los trabajadores».

UGT reclamó a Inspección de Trabajo una «exhaustiva investigación» para determinar «si se cumplían todas las normas de prevención de riesgos laborales en el lugar de trabajo que deben cumplir las empresas».