Joseba ITURRIA
SUPERCOPA

La Real no quiere esperar más tiempo para jugar una final

Los blanquiazules buscan romper su mala racha y la buena del Barcelona en una semifinal para la que Imanol recupera a Monreal.

REAL-BARCELONA

La Real, cuyo equipo masculino no disputa una final desde 1988, no quiere esperar tres meses más para jugar la de la Copa aplazada con el Athletic y quiere clasificarse esta noche para la de la Supercopa del domingo. Para ello debe romper en la semifinal su peor racha de una victoria en los últimos doce partidos oficiales y la mejor del Barcelona de seis triunfos y dos empates en sus ocho más recientes.

Hasta en estas rachas, y sin Oyarzabal, la Real compitió en el partido que perdió hace menos de un mes en el Camp Nou (2-1), donde tras un mal primer tiempo en el que Imanol no encontró una solución para responder a un desequilibrio que planteaba Messi, los blanquiazules fueron superiores en el segundo.

Con este aprendizaje, con Oyarzabal y la recuperación de Monreal tras superar su lesión, Imanol presentará su mejor once arropado por toda la plantilla. El técnico oriotarra dio al encuentro un carácter especial y desplazó a todos los jugadores del primer equipo, incluidos los lesionados con Alex Sola entre ellos, y los porteros titulares de los equipos filiales, Gaizka Ayesa y Unai Marrero. También la Real quiso que viajara David Zurutuza, integrante de la plantilla que se ganó el derecho a jugar la final de Copa y la Supercopa.

Un precedente inolvidable

Los blanquiazules buscan ilusionados su segundo título en esta competición después de ganarla en la primera edición de la temporada 1982-83 como campeón de Liga contra el Real Madrid. En la ida los blancos ganaron 1-0 y en la vuelta los blanquiazules remontaron con un 4-1, con tres goles de Pello Uralde y uno de Roberto López Ufarte un 28 de diciembre de 1982 inolvidable.

Cinco años después, en 1987, la Real ganaba la final de Copa al Atlético de Madrid en Zaragoza, no hubo acuerdo para jugar la Supercopa con el Real Madrid, y la temporada siguiente la perdía ante el Barcelona. Desde entonces han pasado casi 33 años sin poder disputar una final.

Para ello deberá superar a un Barcelona que solo viajó con 21 jugadores como si fuera un partido más. Ha recuperado la alegría de Messi, cuatro goles en los dos últimos encuentros y siete en la racha de ocho sin perder, y de Griezmann, con dos en el del sábado. Koeman ha dado con la tecla en ataque con la entrada de Pedri junto a Busquets y De Jong y la de Dembélé con sus dos mejores jugadores.

El Barcelona defensivamente tiene más problemas, aunque también ha mejorado, por las bajas de Sergi Roberto y Piqué. Por eso la clave del encuentro estará en ser capaz de dominar en campo rival como en la segunda mitad del Camp Nou y ajustar bien la presión y dar con la solución a los problemas que planteó Messi en la primera.

 

Imanol, ilusionado: «Nos jugamos algo importante y podemos hacer historia»

Imanol se sentía ayer «un afortunado porque te vas a jugar algo grande con el equipo de tu corazón. Eso significa que has hecho bien las cosas el año pasado. Estoy orgulloso de representar a toda Gipuzkoa y a la Real en una Supercopa en la que están también Barcelona, Real Madrid y Athletic. Estoy superilusionado y nervioso porque nos jugamos algo importante y podemos hacer historia».

Entiende que «mucha gente vea como favoritos al Barcelona y al Madrid, pero si juega la Real siempre la veo favorita. Si no afrontamos los partidos así es imposible ganar al Barcelona. Yo al salir de casa me he despedido de mi mujer hasta dentro de diez días. Eso significa que vamos a jugar la final porque luego nos enfrentamos al Córdoba en la Copa. Confío plenamente en nuestro equipo y en llegar a la final».

También ve a sus jugadores «muy motivados. Es un partido único, una semifinal de Supercopa contra el mejor equipo del momento, y debemos estar ilusionados. A veces no viene bien la motivación excesiva, pero necesitas estar motivado contra un rival así, jugando lo que nos jugamos, y el equipo lo está».

Illarra se mostró tranquilo, aunque con «muchas ganas de volver a disfrutar del día a día. Llevo año y medio fuera del equipo, me falta algo porque no he jugado ningún partido. Cuesta entrar y más en este equipo, pero cada vez me siento mejor y puedo aportar. Antes daba un paso adelante y dos para atrás. Ya veo la luz al final del túnel y espero salir de él».

Sobre Messi el capitán dijo que «puede aparecer en cualquier momento, pero no solo es él. El Barcelona tiene grandes jugadores y lo mejor es que les quitemos el balón porque sin él sufren más. La clave estará en tener el balón, el control, y, a partir de ahí, intentar jugar».J.I.