Olga Saratxaga Bouzas
KOLABORAZIOA

«Muskiz ere bidea gara»

Hacía frío, de este que cala hasta los huesos, endureciendo el arrojo mientras la intemperie arañaba el pensamiento y reafirmaba convicciones, aún a costa de ser vapuleadas por miradas que observan sin ver la realidad. Así se ha ido forjando también la identidad vasca en el último siglo; a través de episodios adversos; reveses históricos; décadas de lucha sociopolítica; represión y negación de derechos.

Llovía, sobre miles de paraguas abiertos a la determinación... a la esperanza... a la voz conjunta e incansable de un pueblo que clama justicia, implícita la voluntad de crecer en libertad y caminar los puentes de la convivencia. Un futuro, en paz.

Enero se ha convertido en el mes de la confluencia solidaria, en las calles de Bilbao, contra el alejamiento de presos y presas políticas vascas y las condenas judiciales que, a partir de políticas encubiertas, los Estados intentan convertir estratégicamente en castigos a perpetuidad. Bajo el lema “Bidea Gara”, Sare, la red ciudadana en defensa de los derechos de este colectivo, llamaba a activarse, esta vez –ante las circunstancias sanitarias actuales–, pueblo a pueblo, para exigir al Gobierno de Madrid el cambio en las condiciones penitenciarias (algunas realmente extremas) de 218 presos y presas vascas, aún en régimen irregular.

Ni las asperezas climatológicas consiguieron detener las movilizaciones del pasado sábado, 9 de enero de 2021. Euskal Herria respondía y un total de 238 localidades de su geografía aceptaban el reto, contra nieve, charcos y el gélido aliento del invierno. En Iparralde, sus Artesanos de la Paz construían la trama de luz sobre la urdimbre del atardecer. El telar es la ciudadanía: el tejido social implicado en el esfuerzo de trabajar diverso y plural haciendo camino hacia la vuelta a casa.

Fue el mismo año del asesinato del diputado electo Josu Muguruza Guarrotxena (1989), cuando el Gobierno de España impuso su venganza y decidió debilitar la integridad psicológica del grupo vasco, endurecer la vida en prisión y la de su entorno familiar y de amistad. Continuaron los movimientos, iniciados años atrás (con tácticas varias), para enquistar un conflicto político. La dispersión suponía el traslado a cárceles alejadas del lugar de origen o residencia. Como medida de excepción, aplicada a un determinado perfil de presas y presos, además de ilegítima, también mata. Es por ello que su fin se ha convertido en demanda de Sare y el resto de agentes concienciados con esta grave situación.

Una restitución de derechos es posible gracias al trabajo continuo de sectores sociales sensibilizados, convencidos de la urgencia por establecer un nuevo tiempo de entendimiento; voz, asimismo, de los y las protagonistas de este relato. Las concentraciones de fuerza mostradas indican una clara apuesta por sellar heridas, firmeza en el propósito y la creencia de que esta demanda de la sociedad civil es justa; lícitamente conseguible mediante decisiones políticas de calado que resuelvan de una vez por todas y deroguen este statu quo sin sentido.

Niños de la mochila, este artículo va también por vosotras, por vuestros sueños, por los meses que lleváis sin ver a vuestras amas o aitas, por los miles de kilómetros recorridos hasta ahora, pensados en cada desplazamiento como el último viaje.

Desde aquí, besarkada askea. Muskiz ere bidea gara...