Joseba ITURRIA
REAL

El mundo del fútbol y la afición se rinden ante un conjunto ejemplar

«Solo el mejor portero del mundo ha impedido que el mejor equipo, hoy, esté en la final», la frase del periodista Dani Garrido resume el reconocimiento general a la Real. Ter Stegen marcó la diferencia en un gran duelo con el mejor Barcelona en la semifinal de Córdoba.

Imanol decía hace unas semanas que le empezaban a cansar los elogios de los entrenadores rivales en esta racha de trece partidos con una sola victoria porque lo importante en el fútbol es ganar y su equipo no lo consigue. Pero pocas veces el reconocimiento del mundo del fútbol y de la afición pueden recompensar tanto el dolor de quedar eliminados en la Supercopa de la manera más cruel, en la tanda de penalties.

Entre las miles de reacciones del mundo del fútbol tras la semifinal del miércoles hay una que resume todas, la del periodista de la Cadena Ser Dani Garrido: «Solo el mejor portero del mundo ha impedido que el mejor equipo, hoy, esté en la final».

Y lo más importante no es que la Real fuera mejor que el Barcelona, fue mejor que el mejor Barcelona, porque todos los azulgranas, sin excepción, jugaron un partido muy bueno, están en su mejor momento, defienden como no lo hacían desde hace mucho tiempo y en ataque han encontrado tener con Busquets, De Jong y Pedri el triángulo en el centro del campo que llevan buscando desde que se marcharon Xavi e Iniesta.

Faltaba Messi, pero la Real acusa más la ausencia de su mejor jugador, David Silva, que el Barcelona la del suyo porque también Dembélé, Griezmann y Braithwaite jugaron a un gran nivel y en defensa sin el argentino los azulgranas ganan. Y ante ese equipazo la Real fue mejor en el cómputo general del partido, tuvo más y mejores ocasiones y solo seis grandes intervenciones del mejor portero del mundo en su mejor día le dejaron sin el premio de la final.

Januzaj versus Ter Stegen

El fútbol es un deporte colectivo, pero lo deciden las individualidades y en la prórroga y en la tanda de penalties en el duelo entre Januzaj y Ter Stegen, los dos jugadores más destacados del partido, se impuso el alemán. Visto el partido muchos lamentamos que el genio de Bruselas no saliera antes el campo, pero también es verdad que el duelo exigía mucho en defensa y que de haber jugado más minutos quizás no habría destacado tanto en esos últimos minutos en los que marcó la diferencia su frescura y velocidad.

La pena es que Mikel Oyarzabal, que también acusa las semanas de inactividad por su lesión, llegó fundido al final tras un gran esfuerzo y no acertó con su ocasión en el centro de Januzaj y en el momento más inoportuno rompió su racha de quince penalties sin fallar. Pero no es un día de reprochar nada a nadie. Ni a Imanol ni los jugadores que lanzaron los penalties por querer asumir la responsabilidad en un momento difícil.

Porque también se ha criticado el cambio de Bautista en el último minuto para que lanzara el primer penalti, pero los tiraba en el Sanse con Imanol y no es fácil salir en frío para lanzarlo.

Sobre todo, cuando enfrente está un portero que domina la situación como ninguno. Ter Stegen llegaba a la tanda con un porcentaje del 27% de efectividad en los 41 que le habían lanzado como profesional, con 30 goles y 11 parados. Un porcentaje que mejoró al detener dos a Oyarzabal y Bautista e intimidar después lo suficiente a Willian José para que lo lanzara al poste. Remiro llegaba con un 14%, tres parados de 21, y logró que solo entraran tres al aguantar bien a sus lanzadores y obligarles a fallar, pero el alemán es el mejor.

Por eso Imanol, que no acepta perder nunca, tenía razón cuando tras el partido dijo que la derrota sabía a victoria, porque el Barcelona necesitó del mejor Ter Stegen para ganar por un solo penalti después de 120 minutos de un partidazo que ha conseguido reforzar el principal objetivo del oriotarra, que no es ganar partidos o que les elogien desde fuera, sino que los aficionados se sientan más orgullosos que nunca de su equipo.

Imanol se mostró dolido y orgulloso tras «una derrota que es como una victoria»

Imanol dijo tras el partido que «siento pena por los jugadores y por los aficionados. La final ha estado ahí y el mérito es de Ter Stegen, que ha parado dos. A los jugadores les doy las gracias y les felicito porque lo que han hecho el año pasado, éste, y hoy es muy grande. Es una derrota, queríamos pasar a la final y se vio clara la intención del equipo, pero esta derrota es como una victoria. Todo lo que ha pasado hoy es muy positivo, muy grande y espero que todos los aficionados de la Real, que estarán fastidiados como nosotros, estén tan orgullosos y tan contentos como yo. Hemos hecho un partidazo a nivel defensivo y ofensivo y no solo los de la Real, los amantes del fútbol habrán disfrutado. Eso habla bien de la Real y nos ayuda a crecer».

Con la final de la Copa en la mente dijo que «una vez más el fútbol nos debe una y ésa una tiene que ser este año». Mostró su apoyo a Oyarzabal, que lloró tras fallar su primer penalti con la Real: «Mucha gente estaba en el vestuario llorando, pero es normal porque sentimos así esta camiseta y este escudo. Es un orgullo ser el entrenador de esta Real. Aunque no hemos pasado a la final debemos estar muy satisfechos».

Mikel Oyarzabal escribía ayer en twitter: «Orgulloso por mis compañeros. Orgulloso por la afición a la que representamos. Orgulloso por mi escudo. Tenemos todo el futuro por delante y este equipo no se pone límite. Lanean jarraituko dugu. Harrotasuna!». Los aficionados le dejaron claro que están orgullosos de su líder.J.I.