Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

Nafarroa no vacunará a personas mayores y crónicos hasta marzo

Que la onda epidémica que dispararon las navidades se iba a surfear sin vacuna era algo sabido. Pero el reconocimiento que hizo ayer Nafarroa de que la vacunación de ancianos y crónicos no se iniciará hasta marzo resulta descorazonador. Lakua no se ha atrevido a ponerlo negro sobre blanco, pero los plazos se antojan parecidos.

Los ancianos que han aparecido en los medios recibiendo las primeras dosis son los que viven en residencias, es decir, en comunidades cerradas muy propensas al contagios en bloque. La inmunización de este grupo ha sido la gran prioridad, así como la de los trabajadores que pueden llevar el virus a este tipo de centros. Las residencias siempre han sido el talón de Aquiles, hasta tal punto que en la primera ola más de la mitad de los muertos en Nafarroa fueron residentes.

Ahora que este colectivo ya está prácticamente cubierto, llega el segundo grupo: los sanitarios. Tanto en la CAV como en Nafarroa comienzan hoy a vacunar a estos profesionales. Según los planes que facilitó ayer el Gobierno navarro a la prensa y que daban respuesta a varias peticiones de información del Parlamento, ahora comenzarán a inmunizar a los 18.000 sanitarios (de Osasunbidea y centros privados) y, de forma paralela, empezarán a vacunar a los 7.000 grandes dependientes. Es tal el volumen de ambos colectivos que el proceso les llevará hasta marzo, debido a que el suministro de vacunas va a un ritmo muy lento.

Solo acabada esta tarea arrancará la vacunación a la población general que, como ya se adelantó en la estrategia definida por el Ministerio, comenzará con los ancianos y enfermos crónicos. Sin embargo, al ser el sector sanitario de una envergadura similar en la CAV y debido al racionamiento de las vacunas en función de la población, probablemente, el comienzo de la vacunación masiva en la CAV se dará en fechas similares.

La inmunización del colectivo sanitario navarro requerirá de un despliegue de medios superior al que se está empleando por el momento. De hecho, al ser tantos profesionales y tan variados, se ha establecido ya un sistema de prioridades a la hora de vacunar que, lógicamente, empieza con los profesionales que tratan directamente con los pacientes covid.

Refena, la referencia

Refena, el lugar donde se hacen las PCR, se convertirá en el centro neurálgico también de las vacunaciones en coordinación con diez unidades móviles para llegar mejor a zonas rurales. Esto supone un salto, porque hasta ahora solo funcionaban seis de estas unidades. Los hospitales de Tutera y Lizarra también comenzarán a inmunizar a sus trabajadores y, del mismo modo, también los hospitales privados (CUN, San Miguel...) vacunarán a sus trabajadores a partir de la semana próxima, siguiendo el orden de prioridades en función de las tareas que desempeñan, como en lo público.

Hay que tener en cuenta además que, en marzo, cuando se empiece a llamar a los ancianos y a los enfermos crónicos, todavía se seguirá inmunizando a personal del «ecosistema sanitario», como empresas subcontratadas, etc. La previsión es que no finalice la inmunización de este «ecosistema» hasta el día 22 de ese mes.

La priorización de los sanitarios tiene lógica, no solo ya por el peligro que tiene para ellos estar tan cerca de los enfermos, sino por el riesgo que el colectivo tiene a la hora de propagar la enfermedad a personas que ya tienen otras patologías. Asimismo, se trata de un grupo poblacional relativamente fácil de manejar, en tanto que Osasunbidea los tiene controlados. Cabe criticar, sin embargo, que el trabajo que ha hecho el Gobierno con los sindicatos de Osasunbidea para socializar la importancia de la vacuna ha sido nulo.

Como se trata de un colectivo amplio y cómodo de manejar, Osasunbidea irá formando y afinará los métodos de los equipos de vacunación. Por el momento, hay 210 profesionales capacitados en el manejo de estas vacunas que, debido a las ultracongelaciones, tienen un plus de dificultad.

Cuando por fin llegue la campaña a la población, arrancará con las personas mayores y pacientes con enfermedades crónicas. Después les seguirán otros perfiles como personas vulnerables por su situación socioeconómica, profesiones esenciales, docentes, personas de entornos cerrados, población infantil… hasta finalmente llegar, «cuando los suministros y la capacidad logística de administración lo permitan», a la población adulta y sana.