El aumento de los contagios y la aplicación masiva de restricciones dio ayer un duro golpe a las bolsas, minimizando el efecto positivo del anuncio de Joe Biden sobre su plan de estímulos, estimado en 1,9 billones de dólares. En este último caso, el futuro presidente de los Estados Unidos reclamaba urgencia en la aprobación del rescate de los ciudadanos y la adopción de medidas para enfrentar la emergencia sanitaria. Además, en febrero presentará un plan de recuperación económica con inversiones en infraestructuras y energías limpias.

Con todo, el escenario de la pandemia sigue marcando la pauta de las bolsas. La vuelta de los contagios en China, que supuestamente había sido capaz de controlar el virus y recuperar su economía, vuelve a poner de manifiesto los problemas para combatirlo sin restricciones y el conocido efecto negativo sobre el crecimiento. Por otra parte, el proceso de vacunación para inmunizar a la población está encontrando muchas dificultades, retrasando los plazos previstos para la vuelta a la normalidad.

El Ibex no escapó al nerviosismo por el agravamiento de la pandemia y cerró con un descuento del 1,69%, hasta los 8.230,70 puntos. En la semana baja un 2,11%. En Europa las pérdidas fueron algo menores. Fráncfort cayó un 1,44%; París, un 1,22%; Milán, un 1,13%; y Londres, un 0,97%. En Nueva York, la apertura de sus índices principales, salvo el Nasdaq 100, era negativa y una hora después del cierre en Europa todos presentaban números rojos.

Dentro del Ibex, solo Meliá (+0,26%) mejoró su precio. Sabadell (-5,43%), Caixabank (con un -4,80%), Siemens Gamesa (con -4,41%) y Acerinox (-4,03%) fueron los peores. Entre los grandes, Santander, Repsol, Telefónica y BBVA recortaron en más de un 2% sus cotizaciones.