El primer ministro italiano, Giusseppe Conte, consiguió la confianza de la Cámara de Diputados, pero hoy deberá someterse al aval del Senado, donde no tiene garantizado el apoyo necesario para seguir gobernando. Ayer, 321 diputados, cinco por encima de los 316 necesarios para obtener la mayoría absoluta, secundaron al Ejecutivo de Conte, fundamentalmente del Movimiento 5 Estrellas (M5S), Partido Demócrata y Libres e Iguales, y del Grupo Mixto.

Conte convocó dos cuestiones de confianza en ambas cámaras después de que Italia Viva (IV), de Matteo Renzi, decidiese dejar la coalición que compartía con el M5S, el Partido Democrático (PD) y Libres e Iguales. Ayer pasó la primera prueba, pero hoy se enfrenta a una segunda en el Senado, donde los números son más ajustados. En el caso de la Cámara Alta, podría dar por válido conseguir entre 155 y 158 votos que le darían una mayoría simple, frente a los 161 necesarios para la mayoría absoluta.

Intentó convencer a Renzi con cambios de última hora en el plan de recuperación económica con fondos europeos y, ante los diputados, ofreció un Gobierno de «vocación europeísta» y dispuesto a hacer nuevas concesiones. Se mostró presto a liderar Italia en esta «fase decisiva» y a «fortalecer» su equipo, para lo cual emplazó a la oposición a actuar de forma «constructiva».

Así, apeló a los diputados «proeuropeos» y «liberales» para salvar su mayoría tras la deserción «sin fundamento» del pequeño partido IV y evitar la llegada al poder de la derecha y la extrema derecha. Dijo confiar en la «ayuda» de socios externos para sortear la caída en plena pandemia.