Aritz INTXUSTA

LAS PARADOJAS DE ASTRAZENECA

Buena parte de las personas citadas en Alemania a vacunarse con AstraZeneca no acuden a la cita. Quieren que les inmunicen con el producto de Pfizer o el de Moderna, que tienen una eficacia mayor. Cometen un error. Ya no solo existen ensayos clínicos.

La vacuna de AstraZeneca ha puesto la campaña un poco patas arriba. Como se usa solo en menores de 55, ha obligado a poner en marcha una vacunación paralela e incongruente. Una profesora vasca de Infantil de menos de 55, que imparte clase a niños sin mascarilla, será inmunizada en cuestión de días. Si tuviera 55 o más, tardará meses en recibir la vacuna (que será de otra marca) pese a que el riesgo que supone para ella desempeñar su actividad resulta mayor.

Esta es la paradoja más obvia que conlleva utilizar vacunas de características muy distintas. De hecho, este caso aún podría enrarecerse más. La profesora de Infantil mayor de 55 puede convertirse, al final, en la primera en inmunizarse por completo, dado que el tiempo de espera entre la primera y segunda dosis de Pfizer o Moderna está en tres semanas, mientras que la de AstraZeneca se retrasa hasta la semana diez o la doce. Quienes sean vacunados hoy, 24 de febrero, con AstraZeneca deberían completar su tratamiento el 10 de junio. Y eso queda lejos.

A lo dicho hay que añadir que la inmunidad que confirió la vacuna de AstraZeneca en los ensayos fue del 66%, mientras que las vacunas de ARN mensajero alcanzaron un 95% y además parecen ser mejores a la hora de enfrentarse a nuevas cepas. La de AstraZeneca se muestra floja ante la variante sudafricana. Tanto que el propio Gobierno sudafricano dejó de vacunar con ella.

Así las cosas, no parece extraño que en Alemania, misteriosamente, deje de aparecer gente que estaba citada a vacunarse con AstraZeneca, a la espera de una nueva cita para que le pinchen con otro preparado. De los 3.800 alemanes citados cada día para vacunarse con AstraZeneca, faltan unos 200. Cosa que no ocurre con las demás vacunas.

Por supuesto, dejar de acudir a la cita de la vacunación es un error. Porque ya no solo hay ensayos clínicos, sino que también hay datos sobre el terreno. Y –paradójicamente de nuevo– AstraZeneca está resultando ser mejor que Pfizer y Moderna en facetas clave. Como por ejemplo, al prevenir casos graves.

Según informó el sistema sanitario escocés (país donde no se discriminó por edades a la hora de pinchar con una marca u otra), los casos de covid grave con un único pinchazo de AstraZeneca se redujeron en un 94% a las cuatro semanas. Más, incluso, que entre los vacunados con Pfizer (85% de reducción de casos graves). Hablamos de la primera dosis, de protección inmediata.

Y la última paradoja. En Reino Unido se decidió retrasar la segunda dosis a la semana 12 por pura emergencia debido a lo brutal de la última onda. Saltándose la pauta, se descubrió que la eficacia era mayor. La revista “The Lancet” ha recalculado la eficacia: un 84% para viejos y jóvenes mezclados. Por tanto, si solo se vacuna a menores de 55 con ella, la eficacia será todavía más elevada.