GASTEIZ

Más de 50 bares bajan la persiana en Gasteiz por el covid y la falta de ayudas

La epidemia se ha cobrado miles de víctimas y ha supuesto un golpe demoledor para la economía. Bien lo saben los hosteleros, que llevan meses luchando por sobrevivir a la pandemia. En Gasteiz y los municipios limítrofes 56 establecimientos han echado la persiana, dejando sin trabajo a 240 familias.

Así lo denunciaron ayer los integrantes de SOS Ostalaritza en la plaza de la Virgen Blanca, donde exigieron al Gobierno de Lakua «un verdadero plan de rescate a la hostelería que sea suficiente, bien articulado y con carácter de urgencia».

«Porque dinero hay, señor Urkullu, hace falta verdadera voluntad y responsabilidad política», apuntaron Karlos Sobrón y Ustariz Fernández de Lezeta, acompañados por Satur Perea, hostelero detenido en una polémica actuación policial, y Javier Cabrera, sobre el que pesa una amenaza de desahucio por no poder pagar el alquiler.

Cabrera contó que el plazo expira el 16 de marzo, y que está a la espera de que alguna institución se ponga en contacto con él para buscar una alternativa. Pues, al fin y al cabo, tuvo que cerrar durante meses su restaurante por orden de la Administración.

Sobrón advirtió de que Cabrera «se vio obligado a dejar de pagar el alquiler para alimentar a su familia y pagar los impuestos y tasas, ya que es obligatorio estar al corriente de pagos para cualquier ayuda». «Hoy en día para los hosteleros es mejor deber la hipoteca que dos euros al Ayuntamiento», remató.

«El Gobierno vasco tiene que entender que cada día que trabajamos con las restricciones impuestas es un día más que se suma a nuestro déficit económico», apuntó tras incidir en el control policial al que se ven sometidos, mostrando su «enorme preocupación por la desproporcionada actuación de los diferentes cuerpos policiales».

Desmesura policial

«Se puede entender que haya un cierto control para que se respeten las medidas sanitarias anticovid, pero de ninguna manera que se realice acechando y atosigando a los clientes y trabajadores y movilizando despliegues policiales completamente desmesurados e innecesarios», denunció Sobrón para explicar lo sucedido a Perea.

Los vídeos de la intervención policial en el Iguana, situado en Alde Zaharra, suscitaron un debate sobre la respuesta policial. «Hay vídeos que muestran lo que ocurrió, yo sigo sin entenderlo. Sufrimos un acoso desproporcionado», señaló

En este sentido, Sobrón enumeró algunas de las «denuncias injustificadas» que se han impuesto a los clientes, «una de ellas por comer pistachos de forma inadecuada y otra por inhalar una bocanada de tabaco de forma prolongada».