Iratxe FRESNEDA
Docente e investigadora audiovisual

Otras miradas

El estudio realizado en 2019 para CIMA por Sara Cuenca Suarez confirma que en el sector del largometraje las mujeres representan un 30% del personal frente a un 70% formado por hombres. El Festival de cine de Donostia publicaba estos días los resultados de su segundo informe de identificación de género en torno a las personas que trabajan en las películas vistas por el comité de selección del Festival. Entre las conclusiones, una significativa: el 85% de las películas escogidas para la sección oficial estaban dirigidas por hombres.

Afortunadamente, la presencia y la visibilidad de las mujeres profesionales del cine va en aumento a pesar de que, la equidad, sea aún una cuestión vinculada a un futuro audiovisual complejo y en constante cambio. Aunque, aún, los números no sean los deseados, la diversidad de propuestas formales y narrativas surgidas de la mirada de mujeres directoras es una realidad. El modo de las mujeres de acercarse al hecho cinematográfico ha aportado diversidad a los modos de ver en nuestra sociedad.

Es un hecho que las mujeres profesionales del cine han estado silenciadas en la industria cinematográfica del Estado español hasta bien entrados los años setenta. Euskal Herria no es una excepción y aún parece necesario poner en marcha, desde las instituciones, medidas correctoras que nos alejen de las discriminaciones estructurales.