El fantástico tiene a su nueva promesa en el debutante Just Philippot, recibido con entusiasmo en la Semana de la Crítica de Cannes, y triunfador en el festival de Sitges con el Premio Especial del Jurado y el de Mejor Actriz para Suliane Brahim. En su ópera prima “La nuée” (2020) se exhibe como talentoso renovador de los maestros clásicos del género, los Carpenter, Cronenberg, Spielberg o Hitchcock. No es de extrañar que ya haya verdadera expectación por ver su próximo proyecto, “Acide”, ya que de momento los derechos de su primer largometraje los tiene Netflix, por lo que se ha estrenado directamente en todo el mundo en la plataforma digital, menos en China, el Estado francés y en el español, donde su lanzamiento en salas es muy limitado.

El gran mérito de Just Philippot es el de haber sabido conciliar a la perfección lo autoral y lo genérico, consiguiendo desentrañar la doble vertiente social y sicológica del impacto de las catástrofes globales o pandémicas, al presentarlas como una nueva plaga bíblica, aspecto éste que le aproxima muy mucho a la obra maldita de John Schlesinger, según la novela visionaria de Nathanael West, “Como plaga de langosta” (1975), y, por supuesto, a “Los pájaros” (1963). En cuanto narración distópica entronca directamente con Jeff Nichols y su apocalíptica “Take Shelter” (2011), mientras que, con respecto al estudio entomológico de los insectos, remite a “La mosca” en sus versiones clásica y moderna.

Este director novel acierta asimismo al no descuidar el contexto real, mediante un tono documental en el que hasta los efectos especiales son integrados con un resultado naturalista. Y ahí entra de lleno el desarrollo tecnológico aplicado a las explotaciones agrícolas y ganaderas, con una mujer emprendedora que se enfrenta al patriarcado rural criando saltamontes para el aprovechamiento de sus proteínas en harinas y otros derivados alimenticios.