Itziar Ziga
Escritora y feminista
JOPUNTUA

Free Britney & all patriarchy’s prisoners

A las que tuvimos la necesidad y el coraje de pegarle una patada en los huevos al padre, imaginarnos en la divina piel de Britney Spears es el más insoportable de los calvarios. Me refiero a que el Estado le devuelva tu tutela legal a tu progenitor siendo ya una mujer, y que bajo su dominio lleves trece años. Que de hecho no puedas hacer nada sin su permiso: hace poco volvió a ser internada en un psiquiátrico por orden del padre, y solo por orden del padre. ¿El motivo? Ella había salido a comer una hamburguesa con su novio sin autorización paterna. Britney está peleando ahora mismo en los tribunales para que su padre deje de controlar su vida, ¡con 39 años! Chavalas y maricones se movilizan por su liberación, en las calles y en las redes. Miley Cyrus sale a cantar, con una preciosa voz cazallera que se ha ganado a pulso, y su pecho lleva estampado ese rotundo “Free Britney” que nos alcanza a todas.

No somos muñecas rotas, el patriarcado no nos rompe. A veces nos mata, pero no nos rompe, no nos anula, no nos destruye. Aunque Britney tuviera que aguantar que hombres mayores le preguntaran en televisión si era o no virgen con 17 años, aunque Justin Timberlake la traicionara mediáticamente después de que rompieran, aunque fuera perseguida día y noche por periodistas cuando acababa de ser madre y quería proteger a sus criaturas en plena depresión posparto, aunque estallara ante las cámaras, aunque le quitaran la custodia de sus hijos y le dieran la suya a su codicioso padre contra su voluntad... Puta, loca, gorda, violenta, malamadre: lo de siempre. Por cierto, Justin Timberlake se ha disculpado hace nada sinceramente con ella, y con Janet Jackson, a la que dejó que derribaran tras el incidente del pezón en la Super Bowl. «Sé que fallé. Sé que me beneficié de un sistema que aprueba la misoginia y el racismo».

Como afirman Gloria Steinem, los estudios feministas y nuestros huesos antiguos, el patriarcado tiene entre 500 y 5.000 años, depende de la zona del planeta. ¡Un suspiro en el devenir de nuestra especie, Britney!