Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

Ni más ni menos

Esta semana se han producido dos intervenciones de la Ertzaintza que han pasado de puntillas por los informativos de EITB, pero que retratan muy bien la trastienda política de quienes ocupan el ejecutivo de Ajuria Enea. Me refiero, en primer lugar, a la carga que tuvo lugar, ayer viernes, frente al Parlamento Vasco contra los trabajadores de Tubacex. Y en segundo lugar, quisiera destacar la protección que los dispositivos de la Ertzaintza dieron el miércoles a la empresa Desokupa, una especie de chiringuito de ideología ultraderechista y estética neonazi, cuando esta intervino en el desahucio ilegal de una vivienda en Abadiño. En la primera llueve sobre mojado. La constante y brutal represión de la policía autónoma contra la plantilla de Tubacex por defender con resistencia y dignidad sus puestos de trabajo, viene revelando desde hace semanas, sin subterfugio alguno, qué intereses defiende el Gobierno de Lakua y a qué clase protege y ayuda.

En lo que se refiere a la concomitancia de la Ertzaintza y Desokupa en Abadiño, el hecho adquiere un color también preocupante y entra en un terreno muy peligroso. Hablamos de un cuerpo policial que salvaguarda una acción, al margen de cualquier decisión administrativa o judicial, realizada por un grupo organizado, sea empresa o un club de amigos, con métodos ideas y objetivos claramente fascistas. Ni más ni menos.