Raimundo Fitero
DE REOJO

Humos

Por todos los costados huele a chamusquina, los humos marcan la dirección de dónde está el fuego, el departamento de grandes quemados políticos y económicos se difumina entre tantas alarma, sirenas y obscenidades. Vale, segunda entrega de Évole con Bosé, ¿y qué pasa? Una entrevista de un formato estético exquisito, con un personaje rocoso, se convierte en un debate sobre a quién se puede entrevistar o no. Un falso dilema. Depende del modo de la entrevista. Si son las entrevistas pesebristas a la impresentable IDA que le hacen en los canales de la extrema derecha, eso es una basura. Pero a Bosé no se lo puso fácil Évole. Aunque Évole recibirá todos los dardos incendiarios. Quieren humo las huestes de la caverna.

El humo que desde aquí mismo huele a decepción, a pérdida irremediable, a una situación desoladora, es el que se desprende del incendio devorador de varios edificios de la Universidad de Ciudad del Cabo, entre ellos el que albergaba a la Biblioteca Jagger, una de la más antigua e importante del continente africano. Parte de la memoria allí archivada, es un humo oscuro que no deja rastros, solamente insatisfacción, incomprensión, silencio, una parte de la historia sudafricana convertida en cenizas. Terrible, un desastre global. Los documentos originales se han evaporado. Confiemos en que se hubiera realizado trabajos previos y exhaustivos de microfilmado de lo más importante.

Los humos por fricción, por acción y omisión que se detectan en planos bajos, chimeneas papales y consejos de administración bancarios tiene que ver con la asunción de un grupo de clubes de fútbol ricos que han decidido organizar sus campeonatos sin tutelaje de la UEFA. Es un fogonazo muy potente, las reacciones han sido durísimas, está Florentino Pérez al frente. Tenemos fuego para rato.